Haití: Unos 170.000 niños debieron abandonar sus hogares por la violencia
Unos 170.000 niños abandonaron sus hogares en Haití debido a la violencia de las bandas criminales, informó el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en un informe en el que alertó sobre la grave crisis humanitaria que atraviesa el país más pobre del hemisferio occidental.
La “alarmante” cifra, que se duplicó con respecto al año pasado, “pone de relieve el rápido deterioro de la situación y su profundo impacto en los niños, las niñas y las familias más vulnerables del país”, según el informe de Unicef, que fue reproducido por la agencia de noticias Europa Press.
En total, cerca de 314.000 personas viven como desplazados, principalmente en la capital, Puerto Príncipe, y el departamento de Artibonite. En menos de dos semanas, 2.500 haitianos han tenido que abandonar sus hogares, en su mayoría mujeres y niños.
“Es una catástrofe humanitaria que se desarrolla ante nuestros ojos”, expresó el representante de Unicef en Haití, Bruno Maes, quien lamentó cómo estas “oleadas incesantes de violencia brutal” dejan “nuevos horrores” y “una sombra siempre presente de miedo” entre la población.
En el comunicado, la agencia también denuncia los bloqueos de servicios básicos, entre ellos los de salud o educación, así como las recurrentes violaciones de los derechos de la infancia.
Reclutamiento forzado
Sobre las amenazas a la infancia, lamenta que los niños viven bajo el peligro del reclutamiento forzado y alerta que muchos de los ataques a los menores ocurren cuando se dirigen a la escuela.
“No podemos permanecer de brazos cruzados mientras el futuro de los niños y las niñas de Haití se ve erosionado por un sufrimiento sin fin. Cada momento de inacción agrava la crisis que consume sus vidas”, subrayó Maes, apelando a la comunidad internacional para lograr “esperanza y cambio” para los jóvenes.
Unos 3 millones de niños necesitarán este año ayuda humanitaria en Haití y la ONU teme que el dato aumente si las condiciones sobre el terreno empeoran.
Haiti, el país más pobre de América, sumido en una larga crisis política y económica, se convirtió en un territorio propicio para las bandas criminales que se fortalecieron tras el magnicidio de Jovenel Moise, ocurrido el 7 de julio 2021.