Eugenia De Armas: “Darle a la Argentina el primer oro fue una felicidad inmensa”
La bicampeona panamericana de wakeboard, de 24 años, regresó al país para celebrar la revalidación del oro que ya había conseguido también en Lima 2019.
Eugenia De Armas, la esquiadora acuática que le dio a la Argentina la primera medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, aseguró que revalidar el oro de Lima 2019 fue “una felicidad inmensa” por el sacrificio de los últimos cuatro años.
“Yo soñaba con defender el título que logré en los Panamericanos de Lima 2019 y darle a la Argentina el primer oro en Santiago 2023 fue una felicidad inmensa. Me daba un poco de nervios y tenía muchas ganas de estar arriba otra vez después de tanto entrenamiento y sacrificio. Haberlo conseguido es una alegría indescriptible”, expresó De Armas.
La ahora bicampeona panamericana de wakeboard, de 24 años, llegó hoy al país y esta noche le espera una reunión familiar en Escobar para festejar su logro. “Mi mamá me buscó en Aeroparque, se largó a llorar cuando me vio y antes de volver a casa pasamos a comprar mi postre favorito (Franui, las frambuesas recubiertas de chocolate). Esta noche viene mi familia y hay asado, por supuesto. El viernes ya me voy a México, donde vivo la mitad del año”, cuenta la esquiadora náutica, campeona mundial en Italia en 2022.
Con un truco muy difícil en el final de su rutina, De Armas terminó primera con 83,11 puntos (27,08 por ejecución, 27,83 por intensidad y 29,19 por composición) y superó a la estadounidense Morgan Howell, segunda con 80,56, y a la chilena Ignacia Holscher Castillo, tercera con 64,89.
La segunda medalla de oro para Argentina en la capital chilena la aportó su compañero Kai Ditsch, en wakeboard masculino. Además, el santafesino Tobías Giorgis obtuvo la medalla de plata en la final masculina de overall en esquí acuático.
-¿Qué tuvo de distinta esta medalla de oro a la que ganaste en Lima 2019?
-En Lima, más allá de que tenía posibilidades de podio, se dio. Me entrené mucho pero no iba con la cabeza en que iba a ganar. En estos Juegos sabía que tenía chances así que hubo más nervios y expectativas, por suerte se dio.
-¿Y en cuanto a tu nivel y de tus competidoras, qué diferencias encontraste?
– Estuve más consistente. Por ejemplo, en Lima hacía trucos que bajaba 5 de 10 y en estos cuatro años entrené la cabeza y los movimientos para hacer 10 de 10. Desde febrero que vengo compitiendo en torneos importantes todos los meses. Mis rivales de Brasil y Estados Unidos eran las mismas pero subieron el nivel. La chilena (Nacha Holscher) que es una gran amiga mía apareció hace dos años, la está rompiendo y me llena de orgullo. Nos emocionamos juntas en el podio. Hay más nivel en general.
-La segunda medalla de oro también llegó de la mano del esquí, a través de Kai Ditsch. ¿Por qué? ¿Qué tienen los argentinos en esta disciplina?
-Yo creo que es algo del latino. La garra, el amor a las cosas que hacemos. Me lo decía un amigo mexicano, que somos quilomberos y apasionados, y creo que a Kai y mi nos diferencia eso. Todo nos cuesta un poco más. No tenemos la mejor lancha, yo tengo una 2009 y me rompo para ser la mejor. Tal vez la de Estados Unidos tiene el último modelo de lancha. No sé, como nos cuesta más, le metemos más garra y pareciera que nos gusta sufrir para después disfrutar más de los logros.
-¿Cómo viviste los Juegos, estuviste siempre con el equipo de esquí o compartieron con los otros deportes?
-Con los otros deportistas compartimos el desfile, donde hicimos un poco de quilombo; y te cruzás en los ascensores o en los pasillos de la Villa, pero en el wakeboard somos equipo y familia, con los argentinos y con todos los demás países. No hay mucha rivalidad fuera del agua, te diría que cero. En el bus íbamos todos juntos para el lugar de competencia (la Laguna Los Morros de San Bernardo).
-¿Cuáles son tus objetivos en el deporte?
-Mi objetivo es seguir progresando, seguir hasta que me duela el cuerpo desde la uña del dedo hasta el pelo y no pueda más. Tengo el título de jueza internacional y también doy clases. El wakeboard es un estilo de vida. El día que me canse de esquiar o no pueda por algún dolor, voy a seguir dando clases, manejando la lancha, siendo jueza…