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España redujo sus previsiones económicas por el impacto de la guerra

El gobierno español redujo notablemente sus ambiciones económicas para 2022 por el impacto de la guerra en Ucrania, que empujó una escalada de la inflación y una caída del poder adquisitivo de los hogares.

Dentro de su “programa de estabilidad”, enviado este viernes a la Comisión Europea, el Gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez redujo del 7% al 4,3% su previsión de crecimiento para este año.

Esta nueva proyección es inferior a las previsiones del Banco de España (+4,5%) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que espera un alza del 4,8% del Producto Interior Bruto, recogieron la agencias de noticias AFP y medios locales.

El Gobierno ha querido aplicar un “principio de máxima prudencia”, debido a la “intensa incertidumbre generada por la guerra” en Ucrania, subrayó la ministra de Economía, Nadia Calviño, en rueda de prensa.

La economía española sigue “sólida”, pero “la agresión” de Rusia “contra Ucrania está teniendo importantes efectos económicos y sociales que están afectando a todos los países europeos”, y que deben tomarse en cuenta, añadió.

En los últimos días, Calviño ya había anticipado que el Gobierno reduciría significativamente su previsión de crecimiento para 2022, para situarse en línea con las proyecciones de los principales organismos económicos.

La ministra decidió, sin embargo, esperar a que se publicara más temprano la cifra de crecimiento del primer trimestre para anunciar la dimensión de este descenso.

Según una primera estimación publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el PIB de España progresó solo 0,3% en los tres primeros meses del año, afectado por el freno del consumo de los hogares (-2,7%).

Tras registrar el año pasado un crecimiento del 5,1% -en vez del 6,5% previsto-, España no alcanzará su nivel de actividad anterior a la pandemia antes del tercer trimestre de 2023, según el Banco de España.

Esto se debe, principalmente, a la alta inflación, que se encuentra entre las más elevadas de la zona euro. El índice se situó en abril en el 8,4% -en una leve retracción tras alcanzar el 9,8% en marzo, un récord en 37 años- frente al 6,2% en Italia y el 4,8% en Francia.

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