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El Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario logró frenar los despidos en la “Central Térmica Sorrento”

El Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario consiguió revertir los despidos masivos en la Central Térmica Sorrento SA y garantizar la continuidad laboral de sus trabajadores. La empresa, controlada por el empresario Sergio Taselli, había despedido a casi la totalidad del personal a finales de 2024, lo que puso en jaque la estabilidad de los 35 empleados de la generadora eléctrica situada en barrio Sarmiento.

Gracias a la intervención del gremio, la empresa decidió dar marcha atrás con su decisión y se comprometió a reinvertir en la usina, asegurando su funcionamiento más allá del vencimiento de la concesión en 2027.

“Creo que quienes están al frente de la empresa recapacitaron y pudimos llegar a un acuerdo. Ningún compañero se quedó sin trabajo, y la idea que expresó la patronal es de continuar en la actividad más allá del contrato de generación que vencerá en dos años”, destacó el secretario General de Luz y Fuerza, Alberto Botto.

De los 30 despidos que había hecho efectivos la empresa, casi todos fueron revertidos y los trabajadores fueron reincorporados a sus funciones. Solo cuatro empleados quedaron en una situación provisoria, con el compromiso del sindicato de garantizar su regreso a la actividad habitual en la usina.

El conflicto tomó estado público cuando en diciembre pasado aparecieron pasacalles en distintos puntos de la ciudad denunciando los despidos y exigiendo inversiones. “Sergio Taselli, no a los despidos. La solución es invertir”, rezaban los carteles que advertían sobre la situación crítica de la usina.

La historia de Taselli con la Central Térmica Sorrento viene marcada por la falta de inversión y el declive en la producción de energía. La concesión, que tomó en 1992 por 35 años, ha mostrado un rendimiento decreciente y, actualmente, la usina no genera energía por falta de mantenimiento en su caldera. La intención de despidos masivos y la paralización de la actividad hicieron sospechar al gremio que el grupo empresario tenía planes de desmantelar la usina y aprovechar su valioso emplazamiento para desarrollos inmobiliarios.

Sin embargo, el sindicato logró torcer la decisión empresarial, haciendo valer su participación accionaria del 10% en la empresa. Tras la prórroga de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo, la gerencia de la central térmica cambió su postura y aseguró la continuidad de los puestos laborales. “Es una gran satisfacción que por esta vez podamos anunciarle a los compañeros que nadie perderá su empleo. La usina sigue”, enfatizó Botto.

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