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El PRO no puede pedir a sus votantes históricos que vayan a votar felices al problemón que representa Espert

Por Dario Lopérfido

Argentina tiene muchos problemas políticos. Uno es que hay elecciones a cada rato y cada elección tiene un tinte dramático y eso influye en la gestión económica del gobierno. Por ejemplo, ahora el gobierno está ocupado en que no suba el dólar antes de las elecciones y si le va mal al oficialismo la ayuda americana prometida por Trump puede complicarse. Al votante de Trump no le gusta que el dinero de los contribuyentes americanos vaya a otro lado que no sea EEUU. EL gobierno quema dólares para tener el precio bajo. Después de un resultado electoral mediocre esa estrategia es inviable. Todo esto implica que se carguen de tensión todas las variables, aunque el resultado no va a variar demasiado la situación en el Congreso. Toda la tensión está puesta en el anuncio del ganador, aunque el lunes nada cambiará demasiado porque son elecciones legislativas, no ejecutivas.

Una alianza mal diseñada

Otro problema son las alianzas cuando se eligen diputados y senadores. El lugar de las alianzas es el Congreso. El pánico a perder lleva a los partidos a hacer alianzas para la elección, aunque de ese modo dejen a muchos votantes sin representación. La alianza de La libertad avanza y el PRO van juntos en diez provincias y en la ciudad y la provincia de Buenos Aires es donde más se ve lo mal diseñado que está. Es tan grave el problema que Mauricio Macri se reúne con Milei y apenas lo menciona, no participa de la campaña y, ni siquiera, se saca fotos con la gente del oficialismo y casi nadie del PRO quiere que le saquen fotos con Karina Milei que es la deficiente armadora política que puso como coordinadora de la campaña a la kirchnerista Pilar Ramírez. Lo lógico hubiese sido que fueran separados y que, luego, esos diputados y senadores hicieran alianzas para votar leyes o para desarmar maniobras del kirchnerismo. Ahora muchos votantes del PRO están enojados y no quieren votar esa alianza cuando, además, hay otras fuerzas que representan mejor a ese votante. Y los del oficialismo tienen que votar al partido al que, hasta hace poco, identificaban con el poco elegante mote de viejos meados.

Una lista “invotable” y el “problemón” de Espert

El PRO no puede pedirles a sus votantes históricos que estén felices de votar al problemón que representa Espert que encabeza la lista en provincia y está acusado de recibir favores de un narco. La segunda candidata, después de Espert, es la exvedette Karen Reichardt que fue tapa de Playboy y los Milei la pusieron en ese lugar. Lo de Espert lo sabíamos todos y sus apariciones de estos días lo enterraron más. Se nota que miente y cada vez aparecen más pruebas acerca de sus vínculos con el narco Fred Machado. La lista de la provincia de la alianza LLA PRO es invotable para cualquier persona que crea en la decencia y tenga espíritu republicano. Si el PRO hubiese ido solo ahora tendría altas expectativas electorales con el derrumbe de Espert. No se entiende que se hayan dejado humillar por Karina Milei en la confección de las listas y ahora los votantes de ese partido tienen que votar una lista encabezada por un sospechado de recibir dinero narco.

Soberbia, errores y el riesgo del regreso kirchnerista

La administración Trump le ordenó a Milei que tenga un gobierno amplio si quería el dinero. Hay que ver quien quiere entrar a esa picadora de carne si el resultado de las elecciones es malo a obedecer a Karina y a ser cómplice de lo negocios de los Menem. La política en Argentina se tiene que calmar y tratar de hacer las cosas lo más normal posible y recordar que tienen que representar a gente. Esa es su misión, aunque a veces pensemos que solo los guía la lucha por los cargos. La ambición política es legitima si va acompañada de la necesaria representación de los ciudadanos. Si no, es pelea por los cargos que los lleva a desatinos como los actuales.

La libertad avanza, por soberbia y mala praxis, le está regalando la elección al impresentable de Kicillof y eso traerá pánico en el mundo que cree que si vuelven los kirchneristas no hay que dejar que vaya un peso a la Argentina. El panorama es malísimo por obra de un gobierno que cometió una cantidad enorme de errores. Como todos los populismos se creyeron que el poder era para siempre y ahora empiezan a ver que la confianza está rota. Nadie les cree por fuera de su secta. Deben darse un baño de humildad y no sabemos si son capaces de eso.

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