El presidente de México sugirió que EEUU pudo haber forzado la destitución de Castillo
El presidente de México, Andrés López Obrador, sugirió hoy que Estados Unidos pudo haber estado involucrado en la caída del expresidente peruano Pedro Castillo y reprochó su rol en la grave crisis política del país andino que desembocó en su destitución.
El mandatario de izquierda adelantó que planteará esta cuestión a su par norteamericano, Joe Biden, durante la cumbre de América del Norte que se llevará a cabo el próximo 10 de enero en Ciudad de México.
“Que ya no haya injerencismo, que no sucedan estas cosas como las del Perú, porque estén involucrados los estadounidenses o no en el Perú, hay sospechas porque no cuidan ni siquiera las formas”, expuso el mandatario en su habitual conferencia de prensa matutina.
AMLO, como se lo conoce por sus iniciales, hizo notar que “el primer mensaje después de la destitución de Castillo por parte del Parlamento fue el de la embajadora de Estados Unidos en el Perú”, Lisa Kenna.
Y “cuando declaran el estado de emergencia”, la diplomática fue a “entrevistarse con la presidenta nombrada por el Congreso (Dina Boluarte) en el Palacio de Lima”, añadió el presidente, citado por las agencias de noticias AFP y Sputnik.
Sostuvo que abogará ante Biden por “ya no poner, quitar gobiernos en América Latina al antojo de nadie”, sino “respetar la soberanía de los pueblos, no vernos como adversarios, mucho menos como enemigos, tratarnos como aliados en todos los países de América”.
La Casa Blanca reconoció a Boluarte como presidenta un día después de la destitución de Castillo, quien se encuentra preso tras intentar el cierre del Legislativo, y elogió a las instituciones peruanas por garantizar la “estabilidad democrática”, pese a las duras críticas que recibió el nuevo Ejecutivo por la desmedida represión policial en las protestas que ya dejaron decenas de muertos.
López Obrador es uno de los principales defensores del exgobernante, sobre quien denunció que es víctima de las élites política y económica de su ahora convulsionada nación.
Alegando injerencia en sus asuntos internos, el nuevo gobierno peruano declaró “persona no grata” al embajador de México en Lima, Pablo Monroy. A su vez, México concedió asilo a la familia de Castillo, aunque descartó romper relaciones diplomáticas.
El dignatario azteca volvió a defender hoy a Castillo al sostener que su remoción “fue un golpe del conservadurismo del Perú, del mandamás del Perú, que como los conservadores de México y otros países son clasistas, racistas y muy corruptos”.
Agregó que las élites económicas del continente americano utilizan a los gobiernos como instrumentos para facilitar el saqueo, y le hacen “la vida imposible” a las figuras políticas que emergen del pueblo, como a Castillo (2021-2022).
López Obrador, para quien Castillo sigue siendo el legítimo presidente de Perú, arremetió además contra la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo al que describió como “un instrumento al servicio de poderes hegemónicos” e instó a renovarlo.
“No está la OEA al servicio del pueblo, no busca el diálogo, no busca la verdadera democracia, aunque hablan el nombre de la libertad y de la democracia, hacen exactamente lo puesto”, amplió.
Investigado por presuntos actos de corrupción, Castillo intentó el pasado 7 de diciembre disolver el Congreso, pero la medida fue rechazada por su propio gabinete, y el Legislativo lo destituyó horas después.
Castillo fue detenido bajo cargos de rebelión, y su puesto fue ocupado por la exvicepresidenta Boluarte, quien presentó al Congreso un proyecto para adelantar las elecciones presidenciales y legislativas, como reclaman las protestas populares, duramente reprimidas.
Fuente: Télam