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El peronismo santafesino para volver a enamorar necesita de un baño de realidad, nuevos liderazgos y quitarse urgente la etiqueta K

Por Sergio Alcázar

“No se debe ser fuerte en todas partes para vencer políticamente, es suficiente ser más fuerte en el momento y en lugar donde se produce la decisión”. – J.D.Perón

La apuesta por Caren Tepp (Ciudad Futura) para encabezar la lista de diputados nacionales de Fuerza Patria en Santa Fe parecía a priori una jugada inteligente, porque le daba un aire fresco al armado y le sumaba el “supuesto” caudal electoral que tenia la fuerza que lidera Juan Monteverde en Rosario. El contrapeso a esta renovada propuesta lo representaron la candidatura de Agustín Rossi , propiciando de esa manera un recurrente – yin y yang – que limita el salto de calidad que necesita el espacio. “Es un ancla piantavotos”, exclamó a este medio – con profundo fastidio – un reconocido dirigente peronista rosarino en clara referencia al quién fue el ocupante del segundo lugar en el listado electoral. 

Tepp cuenta como virtudes y atributos un buen discurso (y no son pocos los dirigentes del espacio que reconocieron una impronta cargada de mucho peronismo en sus arengas de campaña), su juventud y una buena imagen. Con los números escrutados sobre el tapete, se puede afirmar que la iniciativa pergeñada para esta ocasión no brindó los resultados deseados, porque su cosecha de votos quedó muy atrás de lo recaudado por el partido en otras justas democráticas electorales similares, por ejemplo, estuvo su recaudación de sufragios por debajo a lo obtenido por el propio Rossi cuando encabezó lista por el PJ en los comicios del 2015 y 2017. Lo cual resulta ser un antecedente que es poco conveniente, si es que se trata de andar mostrándolo en reuniones de amigos.

El principal inconveniente que dejó en evidencia la candidatura de Tepp, es que muchos peronistas santafesinos no se sintieron representados por ella, al considerar que la dirigente nunca formó – in situ – parte de las filas partidarias y además de tener un perfil demasiado de izquierda para el paladar negro de un sector de la militancia del partido. La participación de la concejala de Ciudad Futura en la partida, generó el temor que el PJ quedará demasiado encorsetado en el imaginario ideológico de la fuerza que representa y eso le quitó la posibilidad de poder penetrar en otros sectores sociales donde el pensamiento ciudadano, se contrapone con la propuesta de su espacio. “El gran problema que tuvimos fue lograr la aceptación de Caren entre los compañeros más conservadores y defensores del legado del general”, reconoció un referente del PJ histórico en la provincia a esta web.

La inclusión de Caren Tepp, concejala rosarina de Ciudad Futura, fue una apuesta joven y con futuro en para el peronismo.

Para colmo el pasado no contribuye demasiado, porque el peronismo santafesino con impronta K (Kirchnerismo) ha padecido sistemáticamente el virus de la derrota en Santa Fe, esa que sufrieron Rossi, Cleri, Lewandowski, entre otros. La etiqueta o rótulo kirchnerista se ha convertido en una garantía de fracaso en la provincia, por lo cual la fuerza – sin perder más tiempo – debería reconfigurar una estrategia para poder exorcizar ese embrujo. Hablando de traspiés electorales, un caso emblemático es el de Agustín Rossi quién ha perdido de manera sistemática todas elecciones en las cuales participó, por esa razón causó mucho enojó dentro de la fuerza que el referente de “La Corriente” volviera a formar parte de una lista. “Si seguimos insistiendo con los mismos muñecos de siempre vamos a seguir perdiendo”, advirtió a este portal, un veterano militante del PJ de la ciudad parafraseando a Einstein. El intringulis partidario a resolver es evitar que el principal móvil y slogan de campaña de los opositores al peronismo sea agitar la grieta apuntando todas sus baterías contra “el kirchnerismo”. “Esa será la tarea” , cantaría Baglietto en “Tratando de crecer” – la cual deberían resolver lo antes posible.

Un “baño de realidad y humildad” necesita el peronismo santafesino para poder salir de la encrucijada que se encuentra, que debe incluir nuevas autoridades del Partido que sean elegidas por los afiliados y “no ha dedo” como hasta ahora. Que la base de sustentación del espacio sea mucho más amplia y eso solo será posible con otros liderazgos que no sean tan claramente representativos de los sectores más radicalizados del peronismo. Un caso paradigmático que podría permitir un regreso del espacio a la competitividad electoral, con un perfil distinto, es el de Omar Perotti, un dirigente que hoy se encuentra en los “cuarteles de invierno” de la actividad política partidaria.

El ex gobernador, Omar Perotti es el nombre que más suena en el imaginario peronista santafesino para volver a disputar la gobernación de la provincia en el 2027.

En la bitácora de viaje del rafaelino consta que “nunca ha sacado los pies del plato” del PJ (algo que recuerdan con respeto muchos de los peronistas en la provincia), y se exhibe como prueba de ello la previa del último armado de listas para las legislativas nacionales donde el diputado provincial prefirió bajarse de la participación antes de ir por afuera del esquema. El Piamontés está volviendo, advierten tímidamente desde el círculo cercano del ex mandatario y lanzan esa sentencia amparados por los buenos números que contaría en el rubro: “empatía con los santafesinos”. “Con Omar estábamos mucho mejor, no lo valoramos demasiado cuando fue gobernador”, lamentan hoy varios dirigentes gremiales rosarinos, quienes empiezan a comparar la relación que tenían ellos con el ex senador nacional durante su gestión, con los padecimientos actuales que sufren en el vínculo con gobierno de la provincia.

El peronismo también necesita imperiosamente aggiornarse a los tiempos, rediseñar su mensaje, romantizar con las nuevas tecnologías e inteligencia el legado ideológico y la obra de Perón, para de esa manera permitir que la seducción de las jóvenes generaciones sea algo posible. El homenaje de Kicillof a Rucci en un acto de campaña bonaerense fue “un pequeño gran gesto” de enorme significado para propiciar un cambio de rumbo, porque el movimiento obrero y la política partidaria representan las dos bases fundacionales de la mejor historia del PJ. La inclusión de Javier Ojeda, secretario de ATSA Rosario en una lista nacional, puede significar la punta de un iceberg para propiciar la renovación buscada para devolverle al partido el protagonismo perdido.   

El Secretario General del gremio de la Sanidad Rosario, fue la punta de lanza del movimiento obrero rosarino para proyectar una mayor participación sindical dentro del armado de listas del peronismo.

Como dice el proverbio popular que “en toda crisis hay una oportunidad”, el peronismo debería aprovechar el complejo momento para replantearse de una vez por todas sus formas de construcción política en la provincia, deponer los egos y los individualismos en pos de una causa mayor. Esta recontra visto que la receta hasta ahora utilizada, no da bueno resultados, y para cambiar ese enfoque el espacio debe de ahora en más elegir muy bien los interlocutores válidos que lleven adelante su imperiosa refundación partidaria. No son pocos los dirigentes que reclaman con insistencia “jubilar” a los referentes que llevaron al partido a esta triste encerrona histórica. “Cuando un dirigente cae en desgracia, el peronismo te acompaña hasta la puerta del cementerio”, reza la sagrada liturgia partidaria, aunque sea muy cruel la sentencia, para la etapa de profunda crisis política que padece el PJ de Santa Fe hace tiempo, hasta esa frase suena como proponer algo distinto.

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