EE.UU. anuncia un paquete de 12.000 millones de dólares para auxiliar a agricultores afectados por aranceles
El Gobierno de Estados Unidos dio a conocer un paquete de ayuda valorado en 12.000 millones de dólares (USD) destinado a los agricultores que han sido afectados de manera significativa por las políticas arancelarias impuestas por el país.
El esperado paquete se desglosa principalmente en 11.000 millones de dólares que serán distribuidos como un pago único a los agricultores a través del programa Asistencia Puente para Agricultores (FBA), administrado por el Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA).
El saldo restante se destinará a agricultores que no están cubiertos por el programa FBA.
Trump y las críticas de la oposición
Durante una mesa redonda en la Casa Blanca, el presidente Donald Trump destacó las dificultades que atraviesan los agricultores del país, mencionando el aumento de la inflación, las quiebras y una creciente tasa de suicidios. El mandatario atribuyó estas adversidades a las políticas de la administración anterior.
La secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, indicó que se espera que el USDA anuncie las tasas de pago para multas de diciembre y que la distribución de fondos comience en febrero de 2026. La implementación del paquete se había demorado debido al cierre gubernamental de 43 días que comenzó el 1 de octubre.
Por otro lado, Trump anunció que su administración eliminará los requisitos de protección ambiental impuestos a los fabricantes de equipos agrícolas estadounidenses con el fin de reducir costos.
La medida fue recibida con fuertes críticas desde la oposición. El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, expresó en X: “Trump quiere que se le dé crédito por un lío que él generó. Los aranceles de Trump están golpeando a nuestros agricultores, haciendo que resulte más caro el cultivo de alimentos y empujando a los agricultores a la quiebra. Los agricultores necesitan vender, no un premio de consolación para los afectados por él”.
Contexto del sector agrícola
Los agricultores estadounidenses se enfrentan a un panorama complejo, con una demanda exterior más debilitada, costos de insumos y precios de fertilizantes más elevados, y una tendencia a la baja en los precios de venta. Estos factores complican la situación financiera del sector, forzándolo a lidiar con las consecuencias de las políticas arancelarias estadounidenses.