Día Mundial de la EPOC: Cerca del 80% no sabe que la padece
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) es una condición respiratoria prevenible y tratable caracterizada por una persistente limitación al flujo aéreo (obstrucción), la cual puede presentar algún grado de reversibilidad, pero en ningún caso normalizarse.
En el marco del Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, profesionales de la salud destacan la importancia de consultar al médico ante síntomas como la dificultad para respirar (disnea), tos persistente e infecciones respiratorias frecuentes, signos comunes de esta enfermedad que afecta, según el estudio EPOC.AR, al 14,5% de los argentinos mayores de 40 años, edad en la que ésta suele aparecer.
De acuerdo con esta investigación, se estima que el 77% de quienes la padecen no lo sabe, situación que agrava sus complicaciones y altera la calidad de vida de las personas. Además, los hombres presentan una prevalencia superior al 18%, mientras que en las mujeres es del 11,7%.
El estudio EPOC.AR, realizado por la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) junto al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) con apoyo del laboratorio GSK, describe un escenario alarmante de alta prevalencia y mortalidad con un bajo nivel de conocimiento entre la población debido a una importante tasa de sub diagnóstico, que ronda el 77,4%.
Esta enfermedad, caracterizada por la obstrucción de las vías respiratorias que limita la circulación del aire, está relacionada con el tabaquismo, antecedentes de infecciones respiratorias y factores medioambientales, como la contaminación, los alérgenos y la altitud.
“Todavía tenemos un alto índice de tabaquismo y también un aumento del consumo de otras formas de humos inhalados y vapores, principalmente el vapeo. Ha crecido también el consumo de drogas inhaladas, como la marihuana, que, si bien se sabe que generan daño, todavía no está totalmente establecida su relación con la EPOC, como sí ocurre con el cigarrillo o con la combustión de biomasa, que es la quema de leña y carbón”, detalló Manuel Ibarrola, Coordinador del servicio de Neumonología del Sanatorio Güemes de la ciudad de Buenos Aires (M.N. 126.554).
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sufren alrededor de 350 millones de personas en el mundo y podría llegar a ser la cuarta causa de muerte a nivel global para 2030. Como explica Ibarrola, esto se debe en parte al vínculo que hay entre la EPOC y el riesgo cardiovascular.
“La exacerbación de la EPOC incrementa las chances de morir por cualquier causa, no solo por enfermedades respiratorias. Una de las principales es la enfermedad cardiovascular, que puede ocurrir dentro de los primeros cinco años después de que se manifieste la exacerbación”, dijo el neumonólogo.
El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son esenciales para mejorar la calidad de vida de las personas con EPOC. A pesar de ser irreversible, pueden reducirse los síntomas y la progresión con cambios de hábitos, como dejar de fumar, hacer ejercicio, tener el calendario de vacunación actualizado y usar broncodilatadores y corticoides dados por vía inhalatoria.
“La EPOC era una enfermedad que empeoraba a lo largo del tiempo, pero últimamente se observa que, con un adecuado manejo, se puede lograr una estabilidad en cuanto a la función respiratoria. Sin embargo, es importante prestar atención a los síntomas de la enfermedad en su estado leve, como la falta de aire frente a determinados esfuerzos que antes no se presentaban y la tos crónica. Es ahí cuando más se puede hacer para prevenir su avance y tener una mejor calidad de vida”, afirmó Ibarrola.
Es necesario destacar la importancia de la espirometría, ya que permite a los médicos detectar la afección en estadios tempranos y brindar un tratamiento que minimice el impacto en la salud. Este control es especialmente importante para las personas con antecedentes de tabaquismo prolongado, que son quienes tienen mayores probabilidades de desarrollar complicaciones respiratorias severas. De hecho, el 90% de los casos existentes son producto de la exposición al humo del cigarrillo.