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Democracia o Milei: ¿De qué lado de la mecha querés estar?

Por Sergio Alcázar

Democracia es un noble término que ha sido reducido hasta lo “absurdo” por el gobierno de Javier Milei y la Constitución, una herramienta institucional ninguneada de manera recurrente por un régimen que detesta al Estado en todas sus facetas y versiones y que, pretende gobernar bajo el influjo de sus caprichos y de sus peculiares verdades propias que casi siempre desmienten impunemente a la realidad misma. Los hechos en la Argentina contradicen a diario al propio Milei y al seguidor séquito que lo acompaña, porque la economía del día a día del ciudadano a pie, por más que le dibujen supuestos logros en la macro, no arranca, y parece estar cada vez más lejos de esa bandera a cuadros que significaría el bienestar social que todos los argentinos desean para sus vidas hacen bastante tiempo. 

El criptogate golpeó fuertemente en la línea de flotación del mejor capital político que disponía este gobierno: la transparencia y honestidad de gestión y que maquillaba bastante bien sus groseros errores políticos. Después de la “supuesta” estafa de LIBRA le será muy difícil al especial mundo libertario poder recuperar la total confianza de la sociedad. En los campos de la permanente “batalla naval” cultural que se prodiga en instalar el oficialismo, “su barco está tocado” y su añorada proyección electoral de lograr gran acompañamiento en las urnas en los venideros comicios, se vio fuertemente opacada y sujeta a las desventuras de un destino político y económico que ahora más que nunca, pinta bastante incierto.

El presidente Javier Milei volvió a convertir la “Asamblea Legislativa” en un acto partidario donde abundaron las “loas” hacia sí mismo.

Las malas noticias para el mandatario, autotitulado por el mismo con “bombos y platillos” como “especialista en hacer crecer la economía con o sin dinero, no se circunscribieron solo al escándalo del activo digital promocionado en su red social, sino hay que situarse también en el inicio de la Asamblea Legislativa, en donde su mano derecha (sin cargo alguno en el gobierno) Santiago Caputo protagonizó un hecho que contradice cualquier norma y costumbre democrática de una Republica que se precie de tal, al proceder a agredir al diputado nacional Facundo Manes y amenazarlo en pleno recinto de “perseguirlo con todas las armas que cuenta el Estado” para castigar su osadía de criticar en público al presidente.

Ese acto irregular de patoterismo político generó un lógico gran revuelo en la esencia misma del contexto legislativo, donde hubo casi total unanimidad de gestos de solidaridad de las distintas fuerzas opositoras hacia él neurocirujano. La frase de Jorge Luis Borges “no los une el amor sino el espanto” parece empezar a gestar un nuevo marco de acuerdos políticos en la Argentina, lo que resulta para nada extraño siendo este un país tan fecundo y propenso a las “grietas”.

El pedido de intervención de la provincia de Buenos Aires, una declaración de guerra encubierta del presidente contra Axel Kicillof solo persigue tratar de conquistar el territorio más hostil que se le presenta a las ambiciones del libertario y con esta embestida buscó tratar de mellar el liderazgo en ciernes del más importante dirigente opositor que tiene el economista, quién siquiera “levantar ningún guante” parece poner en peligro el poder real del mandatario. Mas allá de haber dicho en medios afines que no quiso decir lo que dijo, el oportuno twitter del libertario pedía una total y absoluta abdicación del gobernador bonaerense y ese personal “deseo” de querer sacar del medio al mandamás provincial orilló las más inconfesables formas de la peor de las dictaduras.

El gobernador bonaerense, Axel Kicillof representa el mayor opositor que tiene hoy Milei, por esa razón el intento de intervención a su provincia por parte del presidente.

Javier Milei- como un buen niño malcriado– hace siempre lo que le viene primero a la cabeza y esa razón incontinente de púber rebelde lo lleva a cometer permanentemente “errores no forzados”, más aun cuando se encuentra obligado a cambiar los ejes de una agenda que lo incomoda y tratar de imponer temas que puedan servir para ocultar o minimizar las consecuencias(sobre todo por las investigaciones que se llevan a cabo en Estados Unidos con el FBI a la cabeza) del escandalete mundial generado por el mismo a raíz de la promoción de la criptomoneda Libra la cual le generó cuantiosas pérdidas de dinero a los más de 75 mil inversionistas afectados por la estafa que lo tuvo a él como un famoso “rockstar” que le dio vida.

Los años de oscurantismo que nos regaló la dictadura, nos obliga a extremar las precauciones para evitar volver a padecer esos tiempos siniestros y los gestos cuasi autoritarios que entrega con cierta promiscuidad Milei alertan y comprometen a la sociedad a interpelar con dureza esta realidad para no caer nuevamente en otro “lúgubre estadio” de pérdida de derechos. El Congreso se ha mal convertido en un “molesto obstáculo” que interfiere en las apetencias del presidente para poder gobernar como él más quisiera, es decir “sin ninguna regla o límite” para que, solo la única ley que habría que respetar, sea la de su propia voluntad.

Milei sin “ponerse colorado” desde siempre se autopercibió monarca y le complace mucho representar ese personaje y para llevarlo a cabo necesita imperiosamente destruir el valor propio del Estado y no escatima esfuerzos para cumplir con ese cometido, aunque deba transformarse en ese “topo” que tanto profesa. Las últimas temerarias acciones del mandatario han dejado al descubierto la peligrosidad de su conducta, favorecida por una dirigencia política argentina en donde existen muchos opositores y gobernadores que hacen un sutil y temerario equilibrio entre la “complicidad y una “nada recomendable” complacencia”.

La criptoestafa golpeó fuerte en el mejor valor propio que tenía el inconciente libertario, la tranparencia y honestidad de gestión.

Durante el acto de inicio de la actividad legislativa en un recinto semivacío y pletórico de militancia obsecuente que le otorgó un marco mas acorde a un evento de campaña partidaria que a un acto de responsable institucionalidad cívica, cada dirigente de la oposición amigable y mandatarios provinciales afines jugaron sus fichas en pos a permitir la extraña gobernabilidad existente, donde el único beneficiario parece haber sido el propio presidente. ¿Que pasará si la investigación del FBI avanza y descubren culpabilidades de los “Milei brothers” en la causa de la estafa cripto?: Esos mismos actores fingirán demencia para desdecirse del apoyo brindado o simplemente callaran y se arriesgarán a que el electorado en las urnas les pueda aplicar mediante el peso de un voto; premios y castigos un merecido correctivo. Habrá que recordarles muy bien a esos dirigentes que en política nunca nada es gratis y que cada acto y decisión tomada tiene y tendrá siempre alguna consecuencia.

Argentina es una “inocente prisionera” de esta rara paradoja coyuntural y política que estamos atravesando en el país, quizás como producto de la mala praxis de los últimos gobiernos nacionales que incumplieron impiadosamente con cada una de las promesas de campaña. La sociedad reclamaba por un cambio y por esa razón Milei, un outsider fue ungido presidente. Como siempre ocurre la “luna de miel” con el electorado se acaba, porque la paciencia de la gente, tarde o temprano, termina reclamando por mejores y más dignas condiciones de vida, algo que por lo visto no estaría pasando. Más allá de esos aciertos y errores en la gestión, lo más grave del mandato libertario es el desprecio que muestran con las instituciones y los valores de la República, lo cual nos lleva a tener que responder un inevitable acertijo: ¿Democracia o Milei?, y que nos obligará a elegir llegado el momento de qué lado de la mecha se querrá estar, y ese intríngulis lo deberemos resolver mucho antes, a que la Patria, Dios y el Pueblo nos los demanden.

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