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Con sabor a poco: Newells jugando un mal partido superó a Kimberley por penales y sigue en la Copa Argentina

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La lepra visitó Vicente López con mucha gente acompañando al equipo, para disputar un cotejo de la siempre esquiva “Copa Argentina”, ante un rival del Federal A como Kimberley de Mar del Plata y con el compromiso implícito de  seguir construyendo un nuevo rumbo para el equipo, que empezó a dar buenas señales en el importante triunfo logrado ante el encumbrado Boca, todo estaba preparado para que los hinchas pudieron vivir una noche de fiesta, que al final se terminó dando aunque Newells esta vez equivocó la estrategia y padeció el cotejo, el cual definió por la siempre fortuita tanda de penales. Ganó el rojinegro, es lo único rescatable de un partido para el olvido.   

Por una cuestión de diferencia de categoría, la lepra salió a presionar al equipo marplatense en todos los sectores, tirándole la chapa encima para intentar explotar los errores que podría llegar a cometer el conjunto de La Feliz. Debido a esa postura de ahogo permanente que sometía al rival, sumado a la notoria dificultad para elaborar juego que tenía Kimberley, la lepra pasó una primera etapa sin ninguna complicación defensiva., Keylor Navas fue un espectador de lujo que nunca fue llamado a intervenir seriamente.

El inconveniente se dio en el marco de lo mal que jugo Newells ese primer tiempo, con una imprecisión en el juego que por momentos se volvió exasperante para la multitud de hinchas que copó la cabecera y la platea del estadio de Platense. El conjunto de Fabbiani se vio muy lento y predecible y eso le facilitó la tarea a Kimberley que priorizaba mantener un cerco nutrido de jugadores en su campo para evitar que la lepra pudiera lastimar al golero Casas.

Siempre un pase mal dado fue el denominador común para su juego, para colmo Maroni no gravitó nada y perdió el balón seguido y Banega fue muy discontinuo, aunque en ese poco aporte fue lejos el más claro del equipo. Flojas actuaciones de Silvetti y Herrera por las bandas y González quedo muy solo para inquietar el arco rival.

En un encuentro pobre en el juego y deslucido para la vista, recién en el último tramo del primer tiempo se acercó Newells a Casas con cierto peligro, un tiro desde afuera del área de Banega que se fue cerca y sobretodo, una clarísima de gol, cuando Maroni metió una habilitación perfecta para González, pero paraguayo no le entró con la justeza necesaria a la pelota y el uno tapó el remate que buscaba la red. Se fue al vestuario la lepra con el enojo lógico de no haber hecho los deberes en el campo.

Para el complemente, Fabbiani buscó una reacción en su equipo y metió una variante Cardozo por el inexpresivo Maroni. La variante no dio resultado, ya que el paraguayo nunca gravitó demasiado en ofensiva. Un tiro de Herrera que se desvió en un rival y salió por arriba fue una primera alerta para Kimberley. Newell’s empujado por su gente fue hacia adelante, pero sin ideas, mientras el rival se iba enamorando de la posibilidad de definir este mano a mano con un equipo de primera en una tanda de penales.

Newells avanzaba por la inercia lógica de ser un equipo de otra categoría, arrinconó al conjunto marplatense más por el portento físico del conjunto que por otra cosa. Promediando el segundo capítulo, Ever Banega abrió a Silvetti, centro rasante de este para que González la desviara en su trayecto delante del arco, pero Casas otra vez con una gran reacción evitó la conquista. En otra acción de riesgo (tuvo pocas la lepra) en un envío desde la derecha por parte de Alejo Montero terminó nuevamente en la testa de González, quién no pudo entrarle de lleno a la pelota y esta se fue cerca, no había caso no era la noche de Newells evidentemente.

Fabbiani puso a Juanchon García por Silvetti, para tener dos nueve que traten de hacer pesar la fortaleza física de ambos dentro del área adversaria pero cada intento resultó forzado e inútil. Kimberley hacía rato que se dedicaba a defender y ni así Newell’s fue capaz de preocuparlo. Sumido en la impotencia leprosa se consumó el tiempo y la lepra definió su destino en la Copa Argentina en los penales y allí donde la Diosa Fortuna da premios y castigos a obtuvo lo que tanto quería, un premio consuelo para un partido que lo vio retroceder varios casilleros en el tablero de su crecimiento futbolístico.

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