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Con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes: ¿Hasta cuándo el pueblo aguantará que tanto odio libertario no haga tronar el escarmiento?

Por Sergio Alcázar

Lo sucedido en el Hospital Garrahan fue como la gota que rebalsó el vaso para la sorpresiva y eterna paciencia social. La decisión del gobierno nacional de vaciar el “emblemático” centro de salud fue la sumatoria de todos los males de una gestión signada por un morboso desprecio hacia todo lo que tenga que ver con el bienestar de la gente. Milei y su equipo avanzan a paso redoblado con la “destrucción” del citado nosocomio y en el camino de esa tarea ya obligaron a renunciar a más de cien trabajadores de la salud. Siendo este hecho “una mancha más para un tigre” que no deja de sumar indebidos gestos por demás de antipáticos.

El Garrahan, a todo esto, tiene una buena e inmaculada historia que mostrar, que fue construida por profesionales que le dedicaron años de su existencia a salvaguardar la calidad de vida de sus pacientes, en ese camino de cuidado por el prójimo atiende en sus consultorios al 40% de chicos con cáncer de Argentina y el 60% de los trasplantados en el país pasan por sus quirófanos. El Garrahan es una marca registrada, y por si hacía falta algo más de prestigio a su curriculum, es un hospital escuela y sobretodo, un orgulloso ejemplo en el mundo. Reconocido por todos, menos por el espacio gobernante, quizás porque tanto odio nubla sus actos y no les deja ver lo esencial, algo que para el principito, hasta suele ser invisible.

Los trabajadores del Hospital Garrahan se encuentra en una situación límite producto de la impiedad del gobierno libertario.

La crueldad del particular mundo de La Libertad Avanza no admite ninguna regulación de parte del mercado, porque no les genera ningún cambio de rictus en su semblanza cuando les paga jubilaciones de mísera a los abuelos y menos cuando los reprime, gasea y golpea sin miramiento alguno en cada marcha de los miércoles en el Congreso. Pero lo peor de este gobierno es su séquito virtual, su aceitado troll center que se dedica – hasta el hartazgo – a instalar su recurrente violencia para vulnerar sin empacho, las más difusas fronteras del decoro y la decencia que deben regir los destinos de todo “argentino de bien”, como les gusta decir con devoción a cada uno de los “cultores” del espacio violeta.

La saga de desplantes del gobierno de Milei no solo la padece el Garrahan sino también; los científicos del Conicet, los periodistas, los trabajadores estatales despedidos, los comedores barriales dejados a la suerte de su destino, los enfermos terminales a los que se les saboteó toda medicación oncológica, los que sufren el recorte de la ayuda social, los jubilados y hasta los que tienen la fortuna de tener un trabajo, pero que no llegan, ni a palos, a fin de mes. Todo esto pasa mientras la CGT, la oposición amigable y la otra parecen vivir una realidad paralela, a pesar de ello en estos últimos días muchos gobernadores y legisladores se rasgan las vestiduras en sus redes sociales hablando del despropósito que significa este gobierno libertario, pero se olvidan ellos que, al momento de los bifes, mandaron a votarle todo, incluido, los DNU y las facultades extraordinarias. Una peligrosa “doble moral” como se dice y ahora a “llorar al campito”, hubiera dicho mi abuela.

Los jubilados son victimas del atropello y represión del gobierno en cada una de las marchas de los miércoles en el Congreso.

Lo más grave de todo, no quiero decir que lo anteriormente expuesto no lo sea, es la aversión que genera cada publicación de los seguidores del régimen libertario, principalmente, ante la sinrazón de dejar sin atención a niños que sufren cáncer a causa del conflicto en el Garrahan. Ellos solo redoblan la apuesta de su inquina social al manifestar a cada rato: “es exactamente lo que voté” y hasta proponen con un brutal e irónico resentimiento, invitar a la gente a “juntar tapitas” para ayudar a los que padecen la enfermedad. La verdad son una mierda de persona, como aquella que detrás de una identidad anónima dice “mirá si me voy a tener que hacer cargo de los niños enfermos, responsabilidad 100% de los padres, no son mis hijos como para tener que hacerme cargo”. “El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad”, nos recuerda Albert Einstein con mucha razón.

Mientras la intención explicita del gobierno es reducir al mínimo toda la responsabilidad del Estado en la salud pública y en todos los ámbitos de su responsabilidad social, la nueva grieta instalada en Argentina solo se justifica por la existencia de una “sociedad rota”, y que por ser así, se puede dar el lujo de permitirse con abrumadora naturalidad, tanto sadismo y perversidad. “El pueblo marchará con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes y cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento” decía el General Perón, frase que puede ser totalmente aplicable a este particular momento, aunque todavía no podemos precisar con claridad en que instancia de agotamiento social nos encontramos, el mar de fondo social inevitablemente ya existe en grandes dosis.

La violencia y el odio personalizado en cada publicación de los seguidores de Milei en X. Rasgo distintivo de LLA.

Para terminar, y parafraseando al “libertarismo virtual y para nada virtuoso”, ese que de manera tan vehemente y procaz desde el anonimato exhibe su incontrolable agresividad, y puntualmente con todos aquellos que representan lo opuesto a su preciada causa, siendo que redacta estas líneas un común ciudadano a pie, testigo privilegiado de esta difícil realidad que nos toca vivir a la gran mayoría de los argentinos, y eximido de cualquier partidismo político, puedo asegurar con total convicción y sin un ápice de duda, que “esto es exactamente lo que nunca votaría” y como diría, el vocero y ahora legislador porteño. Fin

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