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Central sumó un nuevo empate frente a Barracas y sigue penando del “mal de ser visitante”

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Central rendía una nueva prueba jugando de visitante, condición esquiva a sus pretensiones de un tiempo a esta parte, al canalla le faltaron más cosas que las que tuvo. Un equipo que se vio contenido, no el rival, sino por sus propias impericias. El técnico se equivocó en la elección de Oviedo para suplir a Lovera y si bien corrigió en el complemento nada cambió. Poquito fue lo que hizo en cancha de Huracán y el punto fue un castigo para los dos equipos por el flojo desempeño que tuvieron durante los noventa minutos.

Primer tiempo pobre el que hizo Central solo un remate débil apenas comenzado el juego y el desborde de Campaz que terminó en gol. Abajo no sufrió, es verdad. Es que lo de Barracas también fue bastante tibio de cara al arco de Broun. El Canalla nunca pudo armar sociedades. Por más que intentó no lo logró y lo peor es que fue más por impericia propia que por mérito del rival. Al equipo de Russo le faltó cambio de ritmo de mitad hacia adelante y tuvo poca precisión a la hora de los pases entre líneas.

La apertura del marcador fue por Álvarez, en contra, tras una jugada del colombiano por afuera. Pero cuando todo se disponía a un descanso victorioso, Oviedo se durmió y Tolosa puso el 1-1. El empate parcial fue justo, pero fue un error imperdonable para los de Russo no haberse ido al vestuario arriba en el marcador considerando lo poco que le quedaba al juego antes de la igualdad del Guapo.

Para el complemento Russo mandó a la cancha a Martínez Dupuy y a Sández; en el vestuario se quedaron Coyote y el sanjuanino Oviedo, de esta manera Cervera se corrió a la derecha. Más allá de que el Canalla salió con otra intención, quedó sólo en eso. Es que el conjunto de Rondina comenzó a imponer condiciones y Central solamente apostó a algunas contras que no llegaron nunca a cumplir con su cometido.

Cuando en el partido no pasaba nada y todo era parejo, apareció Fatura para sostener el empate ante un buen remate desde afuera de Barracas. Central siguió transitando el partido con una llamativa anemia ofensiva teniendo la sola alternativa de Campaz como arma principal. Un buen tiro desde lejos de Ortiz que se fue desviado fue la única oportunidad en la primera media hora de juego.

En el último cuarto de hora Central trató de empujar algo más, pero no pudo ni siquiera volver a patear el arco rival. El pitazo final del juez dejó la sentencia que el Canalla no supo ni tuvo con qué traerse la victoria a Rosario. Sumó su decimocuarto partido sin alegrías fuera del Gigante y quedó establecido que los tres puntos que pondrá en juego ante River, el sábado, serán fundamentales si quiere ir por el premio mayor que da esta Copa de la Liga.

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