Carta de Sabag Montiel: desvinculó a Uliarte y a Carrizo, y dijo actuar “por la situación social”
Fernando Sabag Montiel, el hombre que intentó asesinar a Cristina Fernández de Kirchner, dijo que actuó motivado “por la situación social”, despegó a los otros acusados, negó relación con el diputado opositor Gerardo Milman y aseguró que no conoce a nadie de la agrupación de ultraderecha Revolución Federal.
En dos extensas cartas remitidas a la Cámara Federal porteña desde la cárcel, Sabag Montiel también negó “haber sido contratado” para atentar contra la vida de la vicepresidenta.
“No somos sicarios ni nos contrataron. Ni por Macri, ni Milei, ni Revolución Federal. (…) Nadie tuvo participación ni directa ni indirecta, ni (Gabriel, el jefe de ‘los copitos’) Carrizo, ni siquiera a todos aquellos acusados de tener alguna participación como Revolución Federal o Hernán Carrol”, el youtuber que expresaba consignas contra el gobierno en redes sociales.
“Solamente demostraban descontento con la situación social y esto no demuestra vínculo alguno ni participación en los hechos. Es solamente parte de una expresión o manifestación de mis propios pensamientos”, proclamó.
Con una grafía de a ratos incomprensible, utilizando reiteraciones permanentes sobre situaciones repetidas y apuntando a Cristina Kirchner pero también a la jueza María Eugenia Capuchetti, al fiscal Carlos Rívolo y a su defensor oficial Juan Martín Hermida, el pretenso asesino de la vicepresidenta le pidió a la Cámara Federal que lo “proteja” porque teme ser asesinado cuando lo trasladen a tribunales para el eventual juicio oral en su contra.
Las cartas están dirigidas a los camaristas Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi (“Bertucci”) y Leopoldo Bruglia y parecen reclamar la excarcelación porque –aduce- no hay “peligro de fuga” ni ningún otro riesgo procesal.
Sobre el atentado, Sabag Montiel aseguró: “no hay nada más allá de lo visible y perpetrado por mí, nada más. Ningún político comprometería su libertad o su carrera política mandando a matar a Cristina”.
“Los motivos del hecho son por ideas pensantes y propias ya que odiaba a todos los partidos políticos porque todos son ladrones y no bancan ni ideas, ni valores”, explicó en un tramo del extenso manuscrito.
Sabag Montiel dejó en claro que persiste en su rechazo hacia Cristina Kirchner: “la que contrata sicarios para matar a Nisman es ella, no yo. Que no proyecte su psicopatía narcisista”, exclamó.
Con una narrativa confusa, Sabag Montiel denunció que el teléfono que le fue secuestrado y cuyo contenido se malogró era un aparato falso y que el original que él tenía desapareció.LEÉ:
Pero a lo largo del texto sostiene que el borrado no fue accidental sino deliberado y culpó de ello a su defensor oficial y al fiscal Rívolo.
“Hermida y la fiscalía número dos de Rívolo ordenaron borrar y resetear el segundo teléfono falso para borrar evidencias y fotos de mis vehículos y dijeron en los medios que fue desbloqueado. En conclusión, rompieron el primer teléfono, el original y después resetearon el segundo teléfono falso alegando que no tiene imei cuando todos los teléfonos tienen imei”, escribió.
“No hay forma remota de que se formatee, jamás lo configuré para que se formatee remotamente ni lo rompí. El teléfono no se reseteó por varios intentos sino que lo resetearon conscientemente y a propósito”, retomó varias páginas más adelante en la misiva.
De esa confusa narración parece desprenderse que el “teléfono original” fue borrado no la noche del atentado sino varios días después, tras acceder a su contenido.
“El 4 de setiembre Brenda Uliarte fue obligada por Juan Martín Hermida y Federico Irusta (defensa oficial, ndr) para desbloquear mi celular, ella sabía el patrón de mi clave y cuando encontraron evidencia agravante incriminatoria que necesitaban rompieron el celular. Mintieron que se rompió el 1 de setiembre”, anotó de su puño y letra.
Al negar cualquier vínculo con el diputado Milman, Sabag Montiel acusó por “falso testimonio a Carlos Cleri, diputado nacional del Frente de Todos”, uno de cuyos asesores asegura haber escuchado al legislador opositor dos días antes del atentado en una confitería cercana al Congreso: “cuando la maten, yo estoy camino a la Costa”.
“No hay contacto de Gerardo Milman, ni conmigo ni mis allegado”, aseguró.