Cacerolazos y marchas, los estigmas de una sociedad que se expresó contra el DNU: “El pueblo cuando agota su paciencia hace tronar su escarmiento”
“Un dilema es un político tratando de salvar sus dos caras a la vez” – John A. Lincoln
La famosa “luna de miel” que gozan todos los gobiernos recién llegados al poder esta vez promete instalar un nuevo récord y convertirse en el más corto idilio de un Ejecutivo con la gente desde la vuelta de la democracia. Javier Milei descargó mucho fuego de artificio durante la campaña y esta cumpliendo en su incipiente gestión – al pie de la letra -con todo lo prometido.
Estas reacciones se producen porque muchos ahora descubrieron que la “motosierra” no era solo un simpático artilugio para captar la atención de los votantes (sobretodo los jóvenes), sino, una decidida estrategia a llevar adelante. Con las primeras medidas no son pocos los que se dieron cuenta que el “ajuste” no lo iba a pagar la “casta”, todo lo contrario, el mismo está cayendo con dureza en los raídos bolsillos de los argentinos. “A llorar al campito” se les podría decir a todos aquellos electores que le permitieron la llegada al poder con el favor de su voto y que empiezan a sufrir las consecuencias.
Casi todos los dirigentes políticos de Argentina- salvo, obviamente los que integran el team Pro Halcón-Libertad Avanza- tomaron postura contraria a la propuesta una vez conocido el decreto con más de 360 leyes modificadas de una manera brutal, “sin anestesia” y que se emitieron vulnerando en su génesis los más básicos pasos exigidos por la Constitución Nacional para darle valor y respaldo a una ley. Hay que recordar que Milei dio el discurso de bienvenida a su presidencia de espaldas al Congreso. Esta iniciativa persigue esa lógica, de desentenderse de las instituciones y, es más, pretende escaparse de las respetadas normas de convivencia democrática.
El líder libertario está convencido que el 56% de lo votantes le pertenece, un groso error que a veces se incurre, porque debería saber muy bien él que los votos solo le pertenecen al pueblo. También tendría que haber tomado debida nota de que llegó a la presidencia por tres razones claras ajenas a su empatía: El desencanto de la gente por la pésima gestión de Alberto Fernández, el “odio declarado” de un sector de la sociedad hacia el kirchnerismo y el “voto prestado” de un electorado acorralado entre dos opciones que no lo representaban. Milei fue presidente en una serie de penales y no por haber sido mejor que sus rivales dentro de la cancha. La soberbia puede ser una mala aliada para un gobierno debilitado desde el apoyo legislativo, justamente mal le pese, en ese pecado está incurriendo el economista en estos díscolos tiempos.
Todos los sondeos de las encuestadoras que se han realizado postdecreto dan cuenta de una fuerte caída de la imagen positiva del presidente y advierten de un mayoritario rechazo de la sociedad hacia las medidas que incluye el DNU. Las numerosas marchas y cacerolazos de estos primeros días del mandato de Milei generan mucha incertidumbre y preocupación en una sociedad “cansada”, que está “al límite” de su tolerancia después de las recurrentes malas praxis de gobiernos nacionales que ha sufrido. “Ojo que este proyecto no sea la gota que rebalse el vaso”, ponía en autos a este portal un dirigente radical santafesino en la semana, quizás tenga razón y por esa instancia anda la paciencia de la comunidad argentina para haber reaccionado de esta manera ante un gobierno tan novel.
Milei viendo el rumbo poco conveniente que estaban tomando los hechos, tal vez sintiéndose acorralado por las circunstancias y ante el evidente fracaso de su intento de surfear al Congreso con su mega decreto, dio marcha atrás y llamó a urgentes sesiones extraordinarias. Un buen gesto entre tanto desatino inicial para calmar un poco las aguas y dejar que las Cámaras Legislativas decidan sobre el futuro del DNU, parafraseando al título de la novela de García Márquez, el destino del mismo es casi una “crónica de una muerte anunciada” y habrá que ver luego que sea dado de baja las consecuencias que provoca eso en el peculiar “orgullo” del mandatario y principalmente, saber cómo continuará el complejo vínculo del gobierno con el parlamento.
El miércoles la CGT y la CTA, algo que no sucede casi nunca – “hay que agradecerles a las fuerzas del cielo que están haciendo milagros”, se refería con ironía a este medio un veterano peronista en referencia al hecho que encontraba a las organizaciones de trabajadores unidas – marcharán juntas hacia tribunales y ambas advierten posibles medidas de fuerzas. El gobierno se ha ganado con prontitud “muchos enemigos” y sus fortalezas no son tantas como para hacer frente a todos los desafíos que se autogestionan. “Milei va por el bronce y en ese hacer dura ocho años o volamos rápido”, fue la venal confesión de un importante dirigente libertario a La Voz de Rosario sobre el devenir de los hechos.
La clase media pidiendo a la CGT por un paro, los votantes de Milei arrepentidos de la elección del candidato, la inflación que liquida impiadosamente y a una velocidad falaz los ingresos de la gente, el mensaje del presidente que parece hablarle solo a los empresarios y no a la gente, son situaciones “raras” que están pasando por estos momentos tan neurálgicos del país. “Acá hay algo mal que no anda bien”, bien podría haber dicho el correntino viendo esté presente tan contramano que atraviesa la Argentina.
En este agitado momento donde hay muchas personas pasando por momentos de zozobras por no saber cómo continuaran sus vidas es bueno citar una frase del gobernador Pullaro a un medio santafesino hace un par de días, donde se refirió – como ningún otro político lo hizo en esta coyuntura- sobre el padecimiento que está causando en el pueblo el DNU: “A mí me angustia mucho que la gente se tenga que expresar ante un decreto de esta naturaleza, pero es porque siente que su vida va a empeorar. Hay mucha gente que se manifiesta porque está mal y siente que va a estar peor”, bienvenido sea que haya políticos “humanos” porque eso nos permite abrigar esperanzas de que “no todo está perdido”, como cantaría Fito Páez.
Javier Milei hizo gala en este puñado de días de su mandato de una ambigüedad peligrosa, como el hombre es esclavo de sus palabras, el libertario esta tomando decisiones contrarias a las que profesó con convicción durante el debate, solo vale rememorar aquella fuerte crítica a Patricia Bullrich acusándola de querer gobernar por decreto, caprichos de la vida porque justamente es la metodología adoptada por el líder de La Libertad Avanza para tratar de imponer su poder sobre el resto. “Cuando el pueblo agota su paciencia, hace tronar el escarmiento” supo decir alguna vez el General Juan Perón y el gobierno del economista por decisión propia, por algunos dejos de incapacidad y por los aires de insensibilidad social que manifiesta esta “comprándose todos los boletos” para que así sea.