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Año electoral signado por encuestas, descreimiento social y un latente balotaje donde el “voto grieta” le puede dar el triunfo a Milei

Todas las encuestas en la Argentina, en la previa del acto electoral donde se pondrá en juego quién tendrá el compromiso de conducir los destinos del país por los próximos cuatro años, ratifican la presencia de un escenario de tercios, desmereciendo esta vez, el poder atomizador de la grieta. La política argentina tiene la particular virtud de generar con espasmódicas dosis tanto la enfermedad como sus anticuerpos. Los partidos tradicionales han sometido a la sociedad a continuas malas praxis con sus erróneas gestiones, con el costo político que eso mismo conlleva, instalando un estadio de disconformidad, desencanto y, sobretodo, un fuerte rechazo de la gente hacia gran parte de la clase dirigencial.

“Milei no nació de un repollo” señalaba un avezado dirigente cuya vasta trayectoria a platinado su cabello de canas al compartir con este medio su opinión sobre el fenómeno electoral al que le dio vida el economista. Las razones del exponencial crecimiento del espacio La Libertad Avanza en la intención de voto del electorado argentino hay que encontrarlas en las continuas equivocaciones que han incurrido los partidos más importantes del país en ambos lados de la grieta, dejando en ciernes la sensación de que si Milei accede a un balotaje tiene enormes posibilidades de ser el futuro presidente de Argentina. “El verdadero fin de la política es hacer cómoda la existencia y felices a los pueblos”, decía Rousseau y nada de eso han hecho los partidos gobernantes en estos 40 años desde el regreso de la democracia.

Cristina Kirchner sigue siendo la principal figura del Frente de Todos, Massa y Wado De Pedro se erigen como posibles alternativas electorales.

En el Frente de Todos, donde cada vez más se nota que poco tiene de frente y que ya no es tan de todos, la dimisión de Cristina Kirchner – aunque nada es definitivo en la vida y en el acto del 25 de mayo no confirmó que no será candidata- dejó al espacio huérfano de conducción y principalmente sin el peso electoral especifico, aunque los últimos sondeos de opinión no se muestren demasiados amistosos con ella. Si Cristina depone definitivamente su intención de participar, comenzará en el peronismo otra historia, que tendrá capítulos de incertidumbre porque la sucesión en el liderazgo pinta compleja por la falta de un plan B en donde se pueda dejar descansar la épica partidaria, esa que pueda devolverle al espacio la esperanza de un éxito en las urnas en tan difícil escenario.

Juntos por el Cambio tampoco la tiene nada fácil, a pesar de los números amigables que le entregan más de una encuesta, el frente opositor que conduce desde los “cuarteles de invierno” el ex presidente Mauricio Macri sabe muy bien que en el caso de no ganar la presidencia en primera vuelta se verá obligado a definir la elección en un balotaje, y en el caso que el adversario sea Milei las posibilidades de derrota electoral aumentan significativamente porque el rival no será solo el líder libertario sino también deberá enfrentarse al votante peronista que podrá inclinar la balanza en favor del candidato que compita con la ex Cambiemos. “El enemigo de mi enemigo es mi amigo” rezaba un viejo proverbio árabe que podría llegar a cobrar impiadosa actualidad en el mano a mano final del mes de noviembre.

Patricia Bullrich y Horacio Larreta son los dos máximos exponentes de Juntos por el Cambio para intentar llegar a la presidencia en las próximas eleciones.

El andar incontrolable de la inflación que pulveriza los bolsillos de los trabajadores corroe los cimientos del oficialismo, porque en definitiva como ocurre casi siempre la ciudadanía termina votando “con el bolsillo” y allí es donde la posible candidatura de Sergio Massa (un gran error político cometido por el tigrense fue aceptar el cargo de superministro) empieza a deshilacharse a partir de los números en rojo de su gestión en economía. Agustín Rossi, Wado De Pedro, Daniel Scioli, Axel Kicillof y Juan Grabois son los nombres que figuran hoy en la grilla de largada del PJ careciendo cada uno de ellos de un válido anclaje en las preferencias de la vicepresidenta. “Yo ya no pertenezco a ningún istmo” cantaría Fito Páez y da toda la sensación que de eso se trataría la cosa.

Los sondeos de opinión que decoran la escenografía del escenario político argentino muestran una cambiante realidad en el favoritismo de los candidatos de la interna de Juntos por el Cambio. Algunos estudios le dan la ventaja a Horacio Larreta, otros a Patricia Bullrich, ningún semblanteo levanta el poder de fuego de Gerardo Morales o Facundo Manes y a pesar del buen presente de la UCR eso no le permite tener expectativas para soñar con un triunfo en las PASO. Lo que esta claro es que el frente opositor en la sumatoria de votos encabeza la intención de votos a nivel nacional, aunque eso no le permite poder escaparle a una segunda vuelta.

Javier Milei se ha convertido en el emergente mas importante de la política aregntina de los últimos tiempos con posibilidades ciertas de llegar a la presidencia.

A partir de las reconocidas diferencias entre los dirigentes con mayor caudal de voto y a sabiendas de las fuertes disputas generadas en las redes sociales entre los militantes del Jefe de Gobierno porteño y la presidenta del PRO, la pregunta que deben estar haciéndose con inquietud dentro de la fuerza pasa por saber una vez consumado el resultado de la interna entre Larreta y Bullrich ¿a quién apoyará el electorado que responde al perdedor de esa contienda? Son muchos los partidarios de Patricia Bullrich que no se cansan de hacer pública su decisión de votar a Javier Milei en caso de derrota. ¡!Ladran Sancho!!…justamente esa es la parte que más preocupa a los popes del macrismo cuando proyectan el devenir de los hechos.

“En tiempos donde nadie escucha a nadie, en tiempos donde todos contra todos” cantaría Fito y allí donde el enojo de la sociedad con la política adquiere su máxima expresión, la polarización electoral empieza a hacer agua, como casi nunca antes , dejando la puerta abierta a un “batacazo”. Mientras el Frente de Todos y Juntos por el Cambio deshojan la margarita de su destino, lo libertarios sin estructura, con gruesos errores de construcción política, con mucho de individualismo y apostando solo a la “estampita” del líder se han metido en la discusión seria. “Llegar o no llegar al balotaje parece ser la cuestión” porque allí Milei y el “voto grieta” hará el resto, pese a quién le pese…

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