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Alemania: Investigadores recuperaron la memoria de los torturados en El Vesubio

Como parte de un acto de memoria y con el objetivo de “contrarrestar el intento de borrar sus destinos”, el libro de investigación “Desaparecidos y asesinados. Víctimas europeas del centro clandestino de detención y tortura El Vesubio en Argentina” recupera las biografías de diez víctimas de los crímenes de la última dictadura militar argentina –entre ellas Héctor Germán Oesterheld, escritor de la novela gráfica “El Eternauta”– a partir de un arduo trabajo de investigación surgido de un proyecto de promoción de la Fundación Elisabeth Käsemann para jóvenes investigadores.

El Vesubio, ubicado en el partido de La Matanza, cerca del Puente 12, fue uno de los centros clandestinos de detención, tortura y exterminio durante la última dictadura militar argentina. Se estima que allí hubo alrededor de 1.500 personas secuestradas. En “Desaparecidos y asesinados”, Dorothee Weitbrecht, Thomas Fischer, Luisa Wettengel, Heike Bosien, Stefan Drößler, Mona Hafez y Ramiro Vera-Fluixá reconstruyen las historias de los detenidos y desaparecidos europeos que fueron torturados y algunos asesinados en ese espacio.

Quien encabeza este proyecto es Weitbrecht, historiadora especializada en investigación sobre dictaduras/conflictos internacionales y movimientos sociales y también fundadora y directora de la Fundación Elisabeth Käsemann. En diálogo con Télam, cuenta que el libro implicó un proceso de investigación de varias fases: “Comenzó hace años con la investigación de las víctimas alemanas de El Vesubio, dentro de un proyecto de promoción de la Fundación Elisabeth Käsemann para jóvenes investigadores. Un becario alemán trabajó en el proyecto durante varios meses. Luego se amplió para incluir investigaciones sobre otras víctimas europeas. De ellas se encargaron estudiantes argentinos“, explica.

Las fuentes de este libro incluyen desde los expedientes judiciales alemanes y los archivos de la organización alemana “Coalición alemana contra la Impunidad en Argentina” hasta las investigaciones sobre el Vesubio y los testimonios de los familiares de las víctimas. Luego de décadas en las que se guardó silencio en torno a la participación extranjera en este período de la historia argentina, la Fundación Elisabeth Käsemann aporta precisión sobre las personas detenidas y sobre cómo los actores internacionales fueron cómplices de los crímenes.

Cada persona retratada en el libro se enmarca en un capítulo que corresponde a su país de origen como Alemania, Austria, Francia e ItaliaElisabeth Käsemann, Héctor Germán Oesterheld (nacido en Argentina pero de familia alemana), Rolf Nasin Stawowiok (nacido en Santiago del Estero pero hijo de un padre alemán), Federico Jorge Tatter Morínigo (paraguayo hijo de un marino nacido en Hamburgo) y Juan Miguel Thanhauser (nacido en Buenos Aires pero de ascendencia germánica).

La biografía del ascendente austríaco es de Wolfgang Achtig y como parte de Francia se ubican los retratos de Françoise Marie Dauthier y Juan Marcelo (Jean Marcel) Soler Guinard. Los detenidos relacionados con Italia fueron Daniel Jesús Ciuffo y Luis Alberto Fabbri.

Aunque se incluyen otros países europeos, el foco está puesto en Alemania. “El estudio de la dictadura militar argentina es, por tanto, también un examen de los capítulos oscuros de la aparentemente ininterrumpida historia de éxito democrático de la República Federal de Alemania”, anticipa Wolfgang Kaleck en el prólogo.

Inaugura el capítulo de Alemania, Elisabeth Käsemann bajo la pluma de Weitbrecht, su sobrina. Allí, la escritora cuenta que, nacida en Gelsenkirchen en 1947, toma la decisión de radicarse en Argentina luego de estar involucrada en el estudio de las Ciencias Políticas en distintos países de América Latina.

Cuando fue detenida durante la última dictadura militar, la noticia sobre su desaparición provocó protestas internacionales. Incluso los medios de comunicación circularon durante semanas su noticia. Pero el esfuerzo de la familia Käsemann y de la embajada alemana en Buenos Aires por encontrar a Käsemann fracasó. Fue asesinada el 24 de mayo de 1977.

Las historias que recorre este libro comparten una característica: se trataba de jóvenes comprometidos con la política y la coyuntura de su tiempo. Sin embargo, cada semblanza dejó una huella distinta en la historia del país. Mientras que de Käsemann se destacaba su compañerismo y vitalidad, Oesterheld legó el emblemático “El eternauta”. También cada juicio tuvo un cauce distinto y mientras algunos familiares lograron identificar los cuerpos y enterrar a sus seres queridos, de otros aún hoy en día se desconoce su ubicación.

¿De qué manera el género de las biografías colabora al ejercicio de la memoria? “Entendemos que el acercamiento a las personas reales e individuales es útil para crear un acceso a la historia y a la comprensión de los acontecimientos históricos. El estudio de las estructuras y de los fenómenos y acontecimientos sociales es fundamental para dilucidar los pasados autocráticos y conflictivos, pero no es suficiente para animar a las generaciones presentes y futuras a reflexionar sobre su propia contribución a la protección de la democracia y los derechos humanos”, responde la directora de la fundación.

Al trabajar en estas biografías, los estudiantes alemanes y argentinos han establecido una cercanía con las víctimas. “La capacidad de empatizar y la constatación de que las personas están a merced de regímenes autocráticos sin derechos, sensibiliza a los jóvenes sobre la protección de los derechos humanos”, dice.

Según detalla el libro, aunque a principios de la década de 2000 la República Federal de Alemania se ubicó del lado de los familiares, durante la dictadura militar los diplomáticos alemanes se llamaron a silencio sobre el paradero de los detenidos alemanes. En esa línea, el libro sostiene una hipótesis: “El estudio de la dictadura militar argentina es, por tanto, también un examen de los capítulos oscuros de la aparentemente ininterrumpida historia de éxito democrático de la República Federal de Alemania”.

La autora señala que hay “varios enfoques investigativos en Alemania y Argentina que coinciden en tres puntos”. El primero, desarrolla Käsemann, consiste en “examinar los inicios de la caída de las democracias tanto en Alemania como en Argentina” a partir de la siguiente pregunta: “¿Cuáles fueron los factores que llevaron a muchos alemanes a votar al NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán), el partido de Adolf Hitler, en marzo de 1933, y qué llevó a amplios sectores de la sociedad argentina a dar la bienvenida al golpe militar argentino que anunciaba el proceso de Reorganización Nacional?”.

El segundo punto, precisa la escritora, está relacionado a analizar “cómo Alemania y Argentina elaboran su pasado, cómo las sociedades afrontan su pasado después de las dictaduras”. “Resulta especialmente interesante comparar los resultados. En Argentina la confrontación con el pasado se basa en iniciativas de la sociedad civil. En Alemania, el Estado junto con otros países y/o potencias vencedoras, decretaron que la sociedad necesitaba una educación en democracia”, señala.

La tercera coincidencia se encuentra en la concepción sobre las relaciones germano-argentino en cuanto a “los enjuiciamientos de los perpetradores nacionalsocialistas en Argentina y de los argentinos responsables del asesinato de ciudadanos alemanes”, indica la directora.

Luego de cada biografía, el público lector puede encontrar las conmemoraciones a las víctimas del Vesubio. “Es de relevancia que los lectores sepan que en Alemania y Argentina existe una cultura de la memoria comprometida para que las personas presentadas no caigan en el olvido. Las biografías tienen una vida posterior, no sólo jurisprudencialmente”, concluye Weitbrecht.

El libro puede conseguirse a través del siguiente link: https://shop.fritz-bauer-forum.de/produkt/desaparecidos-y-asesinados/ en español y también en alemán.

Fuente: Télam

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