Comienza la Semana de las Masculinidades y se consolida el trabajo del Espacio de Atención con Varones
Con una agenda que articula intervenciones culturales, talleres de formación y espacios de reflexión comunitaria, la Municipalidad de Rosario da inicio a la Semana de las Masculinidades. La iniciativa busca generar instancias de encuentro para repensar los mandatos sociales, prevenir las violencias y promover la corresponsabilidad en los cuidados.
Las actividades, organizadas por la Secretaría de Igualdad, Género y Derechos Humanos a través del Programa de Masculinidades, comienzan este martes 2 de diciembre a las 9:00 en la Biblioteca Argentina, con una jornada destinada a los varones que acompañan a las jóvenes participantes del programa Equidad Educativa. El objetivo es abrir el diálogo con papás y acompañantes, poniendo el foco en la construcción de masculinidades más empáticas dentro del entorno familiar.
La propuesta cultural central llegará el miércoles 3, de 18:00 a 20:00, en Puerto Joven (Av. Belgrano 950), con la obra teatral ‘Son o no son’, del grupo Amargo Obrero. La pieza, protagonizada por Osvaldo Perno Rodríguez y Omar Silván, invita a (re)pensarse a través del encuentro de dos viejos amigos. La obra es para todo público con entrada gratuita e inscripción previa en este enlace.
Finalmente, el jueves 4 la mirada se posará sobre los desafíos actuales con el taller ‘Masculinidades y territorios digitales’, de 9:00 a 12:00 en el Auditorio del Colegio de Arquitectos (Av. Belgrano 646), dirigido a equipos que trabajan con adolescentes abordando cómo los entornos digitales modelan las masculinidades hoy, refuerzan estereotipos o habilitan nuevas formas de cuidados y vínculos. Para participar hay que inscribirse aquí.
Un dispositivo en crecimiento constante
Estas acciones de sensibilización se dan en un contexto de creciente demanda en los dispositivos estatales. A 10 años de su creación, el Espacio de Atención con Varones, dependiente de la Secretaría de Igualdad, Género y Derechos Humanos, registra su mayor pico de actividad. El 2025 se ha convertido en el año con mayor cantidad de ingresos, sumando un total de 153 varones.
Si se analiza el origen de estas admisiones, la intervención legal es determinante: el 91% de los asistentes llega derivado por la justicia, mientras que un 5% lo hace por activación de protocolos. Apenas un 4% ingresa de manera voluntaria.
Sobre esta fuerte vinculación con el sistema legal y el objetivo del espacio, Ignacio Rodríguez, coordinador del dispositivo, sintetiza: “La creación de este espacio fue necesaria porque la Justicia, por sí sola, no tiene herramientas para resolver los conflictos de fondo. Si bien la mayoría de las derivaciones provienen del sistema penal, la idea es pensar la problemática más allá del castigo. No somos parte de la Justicia ni estamos aquí para juzgar, sino para lograr que el varón se responsabilice subjetivamente. Hay que entender la violencia en clave relacional: siempre que esté garantizada la respuesta para la víctima, debemos apostar a cambiar la dinámica trabajando también con quien la ejerce; de lo contrario, queda una parte de la problemática invisibilizada”.
Del rechazo a la integración
El abordaje es de carácter psico-socio-educativo y se estructura en dos fases: entrevistas de admisión individuales y posteriores espacios grupales de frecuencia quincenal. En estos encuentros se trabajan ejes como los mandatos de la masculinidad y la construcción de vínculos libres y equitativos.
El proceso suele comenzar con la gestión de la resistencia. Muchos varones llegan percibiendo al dispositivo como una medida de castigo, y el trabajo del equipo consiste en transformar esa queja en una pregunta personal sobre qué parte les toca en el conflicto. Cuando logran superar esa barrera, empiezan a historizar y a revisar los estereotipos que guiaron sus conductas.
Esta transformación es palpable en la voz de los propios participantes. Uno de los asistentes reconoce el cambio de perspectiva: “Lo que yo consideraba que en un principio podría ser algo injusto, o algo que no solucionaría mi situación, ahora lo noto totalmente distinto. El espacio me aportó un montón de cosas: conocerme a mí mismo y poder solucionar determinadas situaciones de mi vida privada y en relación a la sociedad”.
En la misma línea se expresa otro de los participantes, quien admite haber llegado con reticencia: “Al principio sentí como una obligación tener que hacerlo, pero eso fue solo la primera clase. A partir de la segunda y hasta la última, sinceramente me sirvió. Los temas que se tocaron me ayudaron mucho a reflexionar sobre varias cosas de mi vida cotidiana”.
Condiciones de ingreso
Para quienes deseen acceder, ya sea por oficio o voluntad propia, los requisitos son claros: ser mayor de 18 años, residir en Rosario y encontrarse en libertad (sin salidas transitorias ni tobillera). Cabe aclarar que el dispositivo no admite varones con causas relacionadas a delitos contra la integridad sexual o femicidios.
