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Los US$ 7.000 millones de los agroexportadores top que el Gobierno de Milei pagó con impuestos traen sorpresas

Los US$ 7.000 millones que se apuraron a anticipar las grandes agroexportadoras a cambio de no pagar retenciones abrieron un camino directo a una causa mayor y de largo plazo, como atar la base monetaria en pesos a un respaldo equivalente en dólares que cubra a la moneda de futuras devaluaciones.

El pacto del ministro de Economía, Luis Caputo, con las principales cerealeras exportadoras fue un negocio puntual de corto plazo que dejó puntos suspensivos.

Desvestir el superávit fiscal privándolo de recaudar US$ 1.500 millones de retenciones para vestir la caja de dólares del BCRA, jaqueada por el conteo de costillas que le hacía el mercado con los vencimientos de deuda a enfrentar, es el precio que tuvo que pagar el Gobierno de Javier Milei para construir la base de un fondo en divisas que garantice llegar al 2027 sin sobresaltos cambiarios.

Claro que todo dependerá del resultado de las elecciones generales de medio término que definirán la representación parlamentaria, en la que, hasta ahora, el oficialismo no reúne el mínimo de bancas propias para armar alianzas desde una posición de poder que le permita sancionar las reformas en carpeta.

La promesa de salvataje del Tesoro de EEUU que hizo Scot Bessent al finalizar la semana pasada iba a causar un golpe de efecto en el mercado que desalentara una especulación perpetua en contra del peso y sucedió en los primeros días de esta semana.

Y el acuerdo con los agroexportadores para que les adelantaran dinero, apadrinado desde Washington, inclusive, rompió la presión del campo para forzar una definición cambiaria y la eliminación de las retenciones con vistas a encarar la siembra en ciernes.

Repercusión en la plaza de los commodities

La demora en vender la soja por parte de los exportadores argentinos había hecho estallar la queja de los farmers estadounidenses, lo cual activó la llamada de Bessent a Caputo y que, en menos de 12 horas, las grandes cerealeras liquidaran el total del cupo casi de volea al anuncio de la suspensión parcial de las retenciones.

Lo que quedó claro después de que desde julio pasaron gratuitamente a manos privadas más de US$ 1.000 millones, y en ascenso, sólo para sostener la banda cambiaria (lo que tampoco se logró) es que la gobernabilidad se sostiene sólo con divisas genuinas.

La campaña agrícola argentina 2025/26, según las proyecciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) y otros análisis del sector, se perfila con una cosecha récord de granos, que podrían asegurar US$ 35.000 millones, pese a la caída del precio internacional.

En la forma de administrar las divisas que aplique el Gobierno estará la clave de la estabilidad macroeconómica para llegar a 2027, habida cuenta de que los potenciales inversores de riesgo están pendientes de una reelección de Milei para concretar los proyectos.

La medida restrictiva adoptada con la compra de dólares por parte de los particulares fue la primera reacción gubernamental luego del anunciado salvataje.

El otro ajuste será entrecerrar la actual apertura indiscriminada de importaciones, alentada como política antiinflacionaria y antirreguladora.

La actuación de ARCA para relativizarla y ponerle límites es una herramienta a la mano de las autoridades.

Cepo o devaluacíón

El cepo, que había sido flexibilizado, ahora regresa, silenciosamente, a medida que Milei resiste las intimaciones del FMI y del mercado para devaluar.

Por más que luego del espaldarazo de la Casa Blanca las instituciones internacionales de crédito (BID, Banco Mundial) se hayan apurado en hacer realidad financiamientos pendientes, los capitales privados aguardarán que se despeje el horizonte político y no sólo el macroeconómico para ejecutar las intenciones de largo plazo en sectores claves.

Por el momento, el balance cambiario está lejos de generar un fondo de estabilización de unos US$ 40.000 millones, equivalente a una base monetaria de $41.199.281 millones, de acuerdo con cifras del Banco Central.

El aporte privado de capitales que no sean de corto plazo para alcanzar esa meta es crucial y las multinacionales cerealeras tienen mucho más que decir que el reciente anticipo de liquidaciones.

Puertas adentro le queda al Gobierno enfrentar la bronca de los productores rurales tras el decreto que habilitó exportaciones por 7.000 millones de dólares sin retenciones, un beneficio que –denuncian– quedó concentrado en manos de un puñado de grandes cerealeras como Bunge, LDC, Cofco y Cargill.

Desde la Mesa de Enlace y Federación Agraria acusan a Caputo de haber cerrado el acuerdo con las cerealeras a espaldas del sector. “El campo la vio pasar”, afirman.

Denunciaron que las agroexportadoras liquidaron operaciones con granos que aún no tienen, y que les comprarán a los productores descontándoles las retenciones que ellas no pagarán.

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