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¡!¡¡Pasen y vean, el gobierno libertario!!: Una comparsa llena de arlequines y payasos

Por Sergio Alcázar

Sus modos de concebir la política viven haciendo equilibrio en las delgadas fronteras que separan al buen gusto y la racionalidad de la sinrazón y el total desagrado. La Libertad Avanza motoriza permanentemente su gestión con gestos emparentados a una absurda burda trivialidad, esa que convierte a cada uno de sus actos de gobierno en una verdadera comparsa, “colmada de variados arlequines y payasos”, donde cada uno de sus intérpretes cumple al pie de la letra con el papel protagónico que les toca representar, respetando a rajatabla, un juramento hecho con unción, de mostrarse siempre totalmente faltos de toda sensibilidad social. “Pasen y vean”, cualquier parecido con el “circo beat” de Fito, quizás ya no sea, una pura coincidencia.

En las últimas horas, los argentinos fuimos – una vez más – testigos de otra nueva saga de insultos de parte del presidente Javier Milei hacia los periodistas, los gobernadores, los empleados públicos, los opositores, los carpinchos de Nordelta y hacia todo ser viviente que se atreva a interpelar al “inmaculado” régimen libertario que nos mal rige. Qué momento de rara “insania” atravesamos, porque es de “ciencia ficción” que nos gobiernen uno seres humanos que se muestran en todo momento muy “flojos de papeles” en los campos del requerido sentido común, ese sentido que, lamentablemente, va perdiendo por goleada su partido contra toda esta locura imperante.

Guillermo Francos, Jefe de gabinete libertario se retiró del Senado porque una senadora se refirió a él como un mentiroso.

Tarotistas, podólogos, dirigentes que se enorgullecen por haberse recibidos en incomprobables cursos de economía austriaca, reposteros y demás, forman parte del particular “ecosistema” que decora las filas del espacio violeta, y quienes “increíblemente” llegaron al poder de la mano de Milei. Aquí la añeja frase “fuga de cerebros” debería aplicarse en sentido contrario al referido a aquellos “buenos científicos”que se fueron del país buscando en otras partes del mundo, un futuro mejor. “Si a estos muñecos le haces un electroencefalograma, la aguja ni se mueve”, advirtió a este medio en forma de cruel ironía un dirigente rosarino al dar su opinión sobre el oficialismo nacional.

Cada uno de los dirigentes que integran el “team” de LLA se prodiga con ahincó en romper con todos los “cánones” exigibles para cualquier – normal y necesario – vínculo político, sino como se explica que la legisladora Lemoine muy suelta de cuerpo justifique que Patricia Bullrich haya puesto bombas en jardines de infantes porque solo “era una adolescente”. El “delirium tremens” que estamos padeciendo como sociedad convierte a nuestra existencia en casi un absurdo “sketch” de humor negro. La pregunta, que nos tiene que interpelar fuertemente como personas a cada uno de los argentinos, es saber si ¿nos merecemos toda esta mediocridad?

En un nuevo lapsus de violencia, Javier Milei cargó fuertemente contra el periodismo acusándolo de ser responsable de todos lo males de Argentina.

Como si se tratara de una “jauría” de púberes rebeldes, tanto el presidente como los legisladores de LLA y sus acólitos ejércitos virtuales, muestran fortalezas solo amparados por el anonimato de cuentas falsas en redes sociales o se envalentonan cuando nunca existe derecho a réplica, por esa sencilla razón no “bancan los trapos” cuando la mano viene torcida, y como para muestra vale un botón, vale citar el caso del Jefe de Gabinete yéndose del Senado porque una senadora se atrevió llamarlo mentiroso, o el caso de Espert que pidió justicia divina por la travesura de la militancia opositora que en forma de “estudiantina” le ensució su casa con excremento o cuando cada integrante del gobierno pide la guillotina para todos aquellos que no acatan el orden impuesto por ellos mismos. “Acúsalo con tu mama, Quico”, cuanto trabajo tendría Doña Florinda si viviera en la vecindad del Chavo libertario.  

Estamos en un contexto distópico en Argentina producto de un gobierno que instaló en la sociedad “la ley de la selva”, en donde se potenció como nunca el “sálvese quien pueda”, siendo regulado el mismo por las impiadosas normas del mercado, y todo desprovisto de cualquier sensibilidad humana, porque la violencia reinante le sirve a Milei como un válido argumento para no perder el centro de la escena, aunque últimamente colocarse la ropa de fajina no le está redituando demasiado, porque los gobernadores como nunca antes se le plantaron y eso podría complicar bastante las futuras estrategias de gestión del gobierno. “Había una vez un circo, que alegraba siempre el corazón”, cantaba Miliki allá en el tiempo, quizás nunca este se imagino que alguna vez Argentina su gobierno tendría su circo propio, aunque en su espectáculo estelar solo tuviera un escenario lleno de arlequines y payasos

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