Candidatos de barro: ¿Vale todo en política?
Oportunamente la llegada de los outsiders permitió un aire nuevo en la política, para salvaguardarla en los tiempos donde atravesaba un complejo “divorcio” con la sociedad, a causa de las promesas incumplidas por los candidatos en campaña y por los recurrentes errores que incurrieron los espacios tradicionales en la Argentina. La llegada de Javier Milei al poder es consecuencia de ello, mal nos pese a los defensores acérrimos de la institucionalidad y la democracia, las pobres gestiones de Mauricio Macri y de Alberto Fernández como presidentes prepararon el terreno para el aterrizaje en el poder del “peculiar” libertario y ahora, a “llorar al campito”.
Pero no siempre la receta de buscar en la góndola de la popularidad la representación electoral resulta conveniente y efectiva, mas aun teniendo en cuenta el camino que recorrió la construcción de una candidatura. El fin justifica los medios, una sentencia que parece emparentarse con el derrotero del periodista Juan Pedro Aleart, quién en abril del 2024 hizo una inesperada y contundente revelación publica en el noticiero del mediodía que formaba parte, sobre una trama de abusos familiares, de los cuales el y su hermana fueron las víctimas. Esa fuerte denuncia realizada conmocionó – no solo a los rosarinos, sino a la Argentina toda – pero con el diario del lunes podemos encontrarle cierto sentido a esta irrupción “repentina o no tanto” del ahora candidato de La Libertad Avanza, en la arena política rosarina.
Lo que si hace “mucho ruido”, más allá de la decisión del periodista de jugar en política, es donde ha elegido participar, porque La Libertad Avanza es un espacio que ha mostrado cierto descreimiento del abuso infantil, es más, ha fijado una postura cercana a la defensa de los supuestos pedofilos y hasta el propio presidente no le ha temblado la voz al hablar en público sobre “jardines de infantes con nenes encadenados y bañados en vaselina”. J.P. Aleart se metió solito en una controversial contradicción moral, porque lo que denunció hace un año con el corazón en la mano ante una pantalla de televisión no tiene ningún correlato con el mensaje y las convicciones que lleva adelante el partido que ha “jurado” representar en las urnas. “La humanidad tiene una moral doble: una, que predica y no practica, y otra, que practica, pero no predica”, solía decir Bertrand Russell, para que se vayan haciendo a la idea de como viene la mano.
Hoy el ex periodista es un integrante más de la tribu libertaria, hasta se ha acostumbrado demasiado rápido al “barro” de la confrontación permanente que caracteriza al espacio, desde el cual ha denostado y atacado sin ningún prurito a sus ocasionales rivales electorales. En una sociedad “rota” de valores como la actual, la presencia de Aleart ha ganado empatías, pero la pregunta que sobrevuela su presente pasa por saber qué clase de contenido político respalda a su masivo apoyo obtenido o simplemente, su participación formará parte de “una moda”, que quizás pueda llegar a diluirse sin aviso previo. “Saber gobernar es saber elegir a un buen político”, nos advertía Filippo Pananti, el 29 de junio los rosarinos deberán poner a prueba eso para que no sigan apareciendo esos “candidatos de barro” para los cuales todo vale en política, con tal de llegar….