!!Levántate y anda!!: La litúrgia peronista santafesina necesita de nuevos liderazgos para poder recuperar “su acto de fe”
El peronismo santafesino después de la debacle electoral del 2023, sigue en un aparente estado de ruinas como producto de decisiones dirigenciales equivocadas, errores de construcción y una evidente mala praxis partidaria que lo condujeron inevitablemente hacia una dura derrota en las urnas. ¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón, cantaría Fito Páez y algo de eso está sucediendo en el espacio por estos tiempos, emergiendo con sutiles señales, para un partido acostumbrado a las resurrecciones, como un Ave Fénix, que ha dado pruebas más de una vez de haber regresado desde las cenizas. “Jamás al PJ lo den por muerto”, nos repite hasta el cansancio cada vez que se lo consulta un reconocido dirigente del peronismo histórico de la provincia, como si esa frase fuera un “rezo obligatorio en las cuentas de un rosario partidario”.
En esta época de vacas flacas, nombres propios escasean para propiciar una nueva aventura, por eso hay que recorrer cuidadosamente el espinel para toparnos con Marcelo Lewandowski, el último candidato a gobernador del partido en las elecciones del 2023, es quién a priori gozaría del mayor apoyo electoral, aunque en un escenario tan volátil en el rubro acompañamientos, nada es seguro. El senador nacional pegó el portazo en el PJ de Santa Fe tras el bochornoso Congreso partidario donde su sector, el perottismo y el Movimiento Evita se retiraron del mismo disconformes por las malas formas de hacer política de la actual conducción del espacio. “El PJ está coaptado por el kirchnerismo duro y así no hay manera de avanzar en ningún tipo de acuerdo”, se quejó uno de los dirigentes disidentes al evento haciendo hincapié en las maneras sectarias que tienen La Cámpora y Unidad Ciudadana al momento de manejar el sello.
El ex periodista deportivo empezó, por su parte, con la odisea de generar una alternativa política por afuera del peronismo santafesino, un armado que se perfila como de centroizquierda, lo que puede llegar a ser una complicación en estos tiempos de evidente derechización del electorado como consecuencia de la aparición de Javier Milei en la política del país. La idea de Lewandowski resulta atractiva, porque busca pescar en diferentes peceras para salir del lineamiento interno rígido e inconducente que venía llevando adelante el PJ y que limitó notablemente su radio de acción. “Abrir la tranquera”, quizás de eso se trataría este nuevo intento, aunque a esta nueva iniciativa emprendida la persigue un cierto temor que al salirse del espacio peronista pueda correrse el riesgo de una pérdida de la fidelidad del voto que se supone tendría cautivo. “El que no arriesga no gana”, reza un adagio futbolero y urbano, tal vez sea el momento de dar ese paso.
Otro de los pesos pesados al momento de referencia partidaria es el ex gobernador Omar Perotti, el piamontés esta por estos momentos muy enfrascado en su tarea de legislador provincial, manteniendo siempre un perfil bajo sobre las cuestiones políticas internas del espacio que integra, teniendo como interlocutores válidos a Marcos Corach y Celia Arena. El rafaelino como es su costumbre no muestra demasiado sus cartas y actúa en consecuencia generando un halo de incertidumbre sobre las acciones que llevará adelante en un futuro inmediato. La elección de los convencionales lo tiene por ahora sin mostrar demasiado el rol que ocupará en toda esta historia de la reforma de la Constitución de la provincia. “Desensillar hasta que aclare” quizás en esa frase podríamos encontrar el secreto que encierra su actual estrategia.
Hubo también un tiempo para los escarceos de algunos Presidentes Comunales peronistas del sur de la provincia, efímeros, pero intentos al fin, quienes quisieron levantar el “guante de la representación” del espacio. Por esa senda transitaron Rody Stangoni de Fighiera y Esteban Ferri de General Lagos, aunque esas sutiles iniciativas políticas quedaron solo en amagues, porque ambos mandatarios priorizaron más cumplir con las obligaciones de gestión de sus Comunas que meterse de lleno en el barro de una competencia electoral.
El que sí salto ese umbral del juego político fue Pablo Corsalini, intendente de la localidad de Pérez, quien ya había dado señales de querer meterse en la conversación de candidaturas cuando oportunamente apareció coqueteando con el peronismo cordobés cuando visitó la provincia mediterránea para verse con el ex gobernador Juan Schiaretti. Luego de la abrupta decisión de La Campora (Florencia Carignano mediante) de bajar el nombre de Diego Giuliano para encabezar la lista de Constituyentes, apareció en escena muy fuerte Corsalini, quién habría recibido la “bendición” de la propia Cristina Kirchner para asumir esa responsabilidad electoral. Para el líder del espacio “Vamos” esta decisión quizás le traiga algunos “dolores de cabeza” porque el kirchnerismo no es bien recibido por el electorado santafesino, solo basta recordar el resultado electoral del 2019 cuando Perotti fue gobernador con más de 750mil votos y la lista de diputados provinciales liderada por Leandro Busatto obtuvo menos de la mitad, sufragios que fueron hacia Amalia Granata, que por entonces lucia “peronizada” y por esa razón recibió el beneplácito de los votantes que no abonaban a la causa K.
No solo fue Busatto el “padre de una derrota”, lo mismo le pasó oportunamente a Agustín Rossi, a Marcos Cleri, etc., evidentemente el kirchnerismo es piantavotos en Santa Fe, por esa razón la cruzada de Pablo Corsalini puede llevarlo a atravesar verdaderos campos minados, tal es así que su decisión de alinearse con la fuerza K ya ha generado algunas reacciones en contrario y cortocircuitos entre los propios integrantes de su espacio santafesino, quienes no ven con buenos ojos ese viraje del referente del PJ hacia el sector más rancio y duro del peronismo. Pablo es un dirigente joven con gestión y mucho futuro suelen decir dentro de “Vamos” sus compañeros de ruta, aunque esos mismos actores reconocen que el protagonismo en el peronismo hoy por lejos lo tiene Santacroce, el intendente de Funes.
Roly representa un caso paradigmático en la política santafesina, un mandatario municipal que ganó la elección en su metrópoli con un 75% de apoyo electoral. Casi todos al unísono en el PJ santafesino dan cuenta de las virtudes del dirigente que ha logrado esa necesaria cercanía con la gente, “es un vecino más de Funes” repiten como un mantra los habitantes de esa ciudad en referencia al primer mandatario de la misma y sobretodo, Santacroce ha dado muestras de esa “humanidad” de la cual carecen muchos políticos. “Para conducir a un pueblo, la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo”, solía decir el General Perón y el mandamás de los funenses cumple al pie de la letra con esa inmaculada exigencia partidaria.
En este berenjenal que es el presente del PJ en Santa Fe, sumido en más sombras que luces, algunos dirigentes ya han empezado a mostrar sus cartas, animándose a salir al ruedo para tratar de quedarse con ese liderazgo que se hoy se encuentra vacante. Santacroce tiene todas las condiciones para convertirse en esa referencia buscada y requerida por el peronismo no K. Roly puede llegar a ser el arquitecto de su propio destino, dependerá de él aceptar o no el difícil desafío que tendrá por delante. El intríngulis que sobrevuela su presente pasa por saber si llegado el momento el dirigente ¿Se animará? Mientras se espera esa respuesta, este medio pudo corroborar que hay muchos peronistas santafesinos que cruzan los dedos para que así sea…