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Con rock barrial y emociones: Así despidió “Don Osvaldo” el año en Rosario con un gran show en el Anfiteatro

Don Osvaldo cerró el año en Rosario ante un Anfiteatro Municipal colmado. Con Pato Fontanet a la cabeza, la banda brindó un show cargado de rock barrial y emociones, que hizo delirar a su tribu. Ya desde temprano se amontonaron los fieles en las inmediaciones del lugar del recital, muchos con remeras de “Callejeros” y que viajaron a la ciudad de Rosario desde distintos puntos de la región para comenzar a realizar “la famosa previa” entonando temas icónicos del grupo, antes del ingreso al Anfiteatro rosarino.

Ante una gran organización y un acceso ordenado del público, los primeros acordes de “Bienvenidos” sonaron a las 21horas dando inicio a la liturgia “Callejera” sobre un escenario imponente y con un sonido impecable de principio a fin. La lista de temas continuó sonando en el primer bloque con “Rotos y descocidos” y “Mis Latidos” para provocar el grito de miles de fanáticos que acompañaron con unción cada una de las letras que interpretó el grupo.

Fue una noche llena de rock, las palabras sobraron y el Pato habló a través de sus canciones. El artista saludó y luego de contar que atravesaba una neumonía el público acompañó cantando al unísono cada uno de sus temas. Con pedidos de justicia por las víctimas de Cromañón, apoyo a la cultura y mensajes que se proyectaron en las pantallas, fueron pasando clásicos como “El nudo” y “Tan perfecto que asusta”.

La banda despertó el pogo de sus seguidores y que se extendió hasta el fin de la velada. Con el río Paraná, las remeras con frases de canciones e innumerables banderas de testigo, los temas se fueron sucediendo y no faltaron los abrazos y la emoción en un público de todas las edades, en ese particular mix que la historia de Fontanet con la música ha sabido construir.

Entre canciones de su más reciente material “Flor de Ceibo” e infaltables de su carrera como “9 de Julio”, “La Llave”, “Tan Perfecto que Asusta”, “Un Lugar Perfecto”, “Ilusión” y “Una nueva noche fría”, para coronar luego la noche y despedirse con “Suerte”. Don Osvaldo paso por segunda vez este año por Rosario – “que ya lo adoptó como propio” y volvió a dejar su marca para renovar “los votos” de fidelidad del público rosarino, y sobretodo dejó flotando en el aire la sensación de necesidad de tener “un nuevo reencuentro” y asi será seguramente…

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