¿Qué será de tu vida, Congreso?: Milei puso al Parlamento argentino en la difícil disyuntiva de “ser o no ser”
Cuando el libertario llamó al Congreso Nacional: “nidos de ratas”, un sector importante de la dirigencia se lo tomó a la ligera, justificando esa frase descalificativa a la labor legislativa como si fuera una nueva forma discursiva que tenía el novel presidente para referirse a aquellos que piensan distinto, es más, no son pocos los que aceptaron sus malas maneras de relacionarse con los demás actores políticos hasta con cierta simpatía, quizás a causa de lo novedoso que resultaba el ataque propinado al más importante bastión que cuenta la democracia: el Congreso. “Gobernar es pactar; pactar no es ceder”, avisó alguna vez, Gustave Le Bon, esta visto que el economista nunca lo leyó.
Milei lo anticipó en campaña, nadie le podrá endilgar que mintió, es un ser que aborrece al extremo el sistema democrático, el rol del estado, las instituciones y todo aquello que interfiera con sus planes “cuasi autoritarios” edulcorados bajo una supuesta causa de “libertad” que exhibe con un orgullo inocultable y envidiable. “Que Milei sea presidente es pura responsabilidad de la política que no supo interpretar a tiempo el malestar en ciernes que existía en la sociedad por las recurrentes promesas incumplidas de campaña”, fue la frase que compartió con este medio un histórico dirigente santafesino, casi como si fuera “un pensamiento en voz alta”.
El deterioro del valor que debe tener el Congreso en toda Nación que se precie como tal, se vio agudizado con el advenimiento del líder de La Libertad Avanza al poder, como también hay que reconocerle “habilidad” para llevar adelante sus planes de “cirugía mayor” en la economía a través de un enorme DNU, viciado de inconstitucionalidad, el cual aún sigue vigente y hasta goza de buena salud. ¿Por qué los legisladores oportunamente no pudieron dar de baja ese mega decreto que condenó a la sociedad a padecer un absurdo calvario económico? Quién descubra el secreto escondido en esa respuesta, accederá al Santo Grial y podrá entender con mayor claridad lo que está pasando con la dirigencia opositora en la argentina, sobretodo, en estos tiempos tan raros donde hay un gobierno que ha logrado arriar al resto con las pocas herramientas legislativas que cuenta.
Un par de vetos alcanzaron bastaron para poner en duda el rol que le cabe hoy al Congreso, las leyes aprobadas por la mayoría de los legisladores de ambas cámaras para una nueva movilidad jubilatoria y un mejor financiamiento universitario, dejaron demasiado expuesto el frágil peso que hoy cuenta el organismo. Milei mediante el látigo, la chequera y la evidente debilidad en las convicciónes de algunos diputados le permitió crear ese “tercio de bloqueo” que lo pone a salvo de cualquier iniciativa que atente contra el equilibrio fiscal cero, ese primer mandamiento que el presidente respeta con una unción casi religiosa.
Si el Parlamento argentino se muestra incapacitado para generar leyes que lleguen a buen puerto y principalmente, no tiene la importancia propia como para ponerle verdaderos límites a un presidente que descree de la democracia, empezará a sobrevolar en la sociedad con mayor insistencia un sutil temor que nos advertirá sobre el peligro latente de que el Congreso pueda terminar como ese cuadro viejo que al ser descolgado y desechado, quedó arrumado en el rincón de los olvidos. Alguna vez Napoleón Bonaparte señaló que “nada va bien en un sistema político en el que las palabras contradicen a los hechos”, tantas contradicciones propiciadas por la clase política en estos 40 años de regreso de la democracia no fueron gratis y nos permiten entender por qué Milei llegó a ser presidente. ¡Nada más que decir señor juez!
Milei es un presidente muy particular, que no tuvo ningún empacho en convertir en “héroes” a las “ratas” que apoyaron su veto a la nueva ley de movilidad jubilatoria, hasta los invitó a una “estudiantina”, asado mediante para festejar el “logro”. El libertario es un mandatario que permanentemente juega a crear un escenario de “buenos y villanos”, una estrategia que le está dando sus frutos porque con esa argucia hizo enfrentar a peronistas con peronistas, radicales con radicales, y en ese rio revuelto consiguió el apoyo que necesitaba su causa y que también le permite mantener ocupadas a las principales escuderías políticas del país, justamente por esas rivalidades intestinas que el propio gobierno ha generado. “Divide y reinarás”, nunca antes mejor utilizada la frase.
En la sesión de esta semana donde debía tratarse, el rechazo del DNU por canje de deuda y el proyecto para limitar el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia por parte de los gobiernos de turno, y que en la previa los números entregados por los propios legisladores daban tranquilamente el quorum para llevar adelante la sesión. Sorpresivamente con las negociaciones que entre gallos y medianoche realizaron desde el gobierno con legisladores permeables y “aprietes” a gobernadores para hacer caer el encuentro en el recinto, objetivo que finalmente lograron dejando al descubierto la endeblez de los distintos bloques opositores para hacerse sentir. El simple discurso de “no acompañaremos una ley de kirchnerismo y sus aliados” fue suficiente para que algunos diputados radicales como De Loredo justificaran su postura de no adherir a la iniciativa. “No podré vivir jamás sin ti”, cantan desde el gobierno emulando al trio Los Panchos.
Los diputados opositores siguen sin reaccionar a pesar que el presidente asegura que son “una mierda que la gente desprecia” y basta solo recordar cuando Milei calificó de “basura y traidor” al propio, López Murphy alguien muy partidario a su propia fuerza, y por su parte, la mayoría de los gobernadores muestra una nada aconsejable actitud demasiado condescendiente con el mandatario a pesar que este les cortó toda coparticipación, los hizo cargo de todas las obras, la salud y la educación en sus provincias y hasta los convenció con limosnas de promesas de recursos que hasta ahora nunca las cumplió y ni las va a cumplir, obviamente.
La razones de la falta de rebeldía de esos mandatarios provinciales transitan por dos caminos, uno es acompañar la gobernabilidad de un presidente demasiado frágil de poder real y otra “el pavor” que les genera el obrar del ejército de trolls de Milei y los sistemáticos ataques en las redes sociales, aunque deberían haber tomado nota los gobernadores de los últimos hechos padecidos por los trolls estrellas de los libertarios, como los casos de Fran Fijap, Pistarini o el gordo Dan, en donde la calle les reveló que la vida real no es twitter, dejando demasiado expuestas sus debilidades y es más, hasta se demostró en los hechos que corren más rápido que “esos zurdos” de los que se mofaban en sus publicaciones.
El gobierno de Alberto Fernández fue, sin lugar a dudas, la peor gestión gubernamental desde Adán y Eva, lo hemos repetido una y mil veces desde estas humildes columnas de opinión, y con la misma vehemencia de la anterior sentencia estamos en condiciones de asegurar que este gobierno es el más antidemocrático, insensible y perverso desde que se consiguió la vuelta a la democracia, y no es poco subirse a ese podio que premia a todo lo que está mal. “No hay libertad para el hombre donde su seguridad, su vida y sus bienes están a merced del capricho de un mandatario”, expresaba Juan Bautista Alberdi, casualidad del destino, alguien citado en reiteradas ocasiones por el propio Javier Milei y justamente parece ser que estamos atravesando uno de esos momentos que hace referencia el prócer.
¿Qué será de tu vida, Congreso?, Mientras Javier Milei lo quiere cerrado, clausurado y perimido, los diputados opositores tienen en su poder la respuesta, sabedores ellos que el incumplimiento de los compromisos asumidos con aquellos que le entregaron el favor de su voto y la traición a sus principios y convicciones derivara en que la historia los juzgue oportunamente como corresponde, porque los legisladores nunca deberían olvidar que al asumir el cargo juraron ante la Santa Biblia para que Dios, La Patria y el Pueblo se lo demanden. Sería bueno que, de una vez por todas, la sociedad argentina ante tanto abuso de “veletismo” de muchos legisladores les haga saber su enojo y sobretodo cumpla con la parte de responsabilidad que le toca en esta historia….