Medio Ambiente: Buenos Aires triplica en contaminación a Córdoba y Santa Fe
La jurisdicción argentina más afectadas por los gases de efecto invernadero es de lejos Buenos Aires, que casi triplica a sus inmediatas seguidoras, Córdoba y Santa Fe, con la energía y el agro como principales emisores.
El último inventario nacional de gases de efecto invernadero (GEI) sorprendentemente ubica a Chaco en el cuarto lugar, detrás de las tres provincias más urbanizadas, en las que predominan las emanaciones de combustión y las provenientes de la gestión de ganado vivo y de estiércol, las emisiones de los suelos gestionados y las emisiones de las aplicaciones de fertilizantes.
La magnitud y composición es bien diferente, ya que están muy influenciadas por la actividad económica y estructura productiva de cada provincia, según tuiteó Ana Julia Aneise, investigadora sobre energía y cambio climático en Fundar Politicas.
Cuando se toman las emisiones acumuladas de CO2, Estados Unidos pasa a ser el principal responsable, con el 24% del total acumulado.
Lo siguen el conjunto del Reino Unido y los países que actualmente componen la Unión Europea (EU-27) (21%). China recién aparece tercera (15%).
Por otro lado, mientras que países como el Reino Unido o Alemania emitieron en 2022 cerca del 0,9% y 1,8% del total global, su contribución histórica es del 4,4% y 5,3% respectivamente.
El aporte histórico a las emisiones de todo Sudamérica es del 2,5%.
Irresponsabilidades
El concepto de “responsabilidades comunes pero diferenciadas” fue establecido en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Además, y como se determina en el Acuerdo de París y se continúa debatiendo en las Conferencias de las Partes, los países que menos GEI aportaron deben recibir financiamiento y transferencias tecnológicas para adaptarse a los impactos del cambio climático y para mitigación, es decir, reducir las emisiones de sus economías.
A esto se suma que en 2022 se consensuó que los países con menor responsabilidad en la acumulación de GEI en la atmósfera deben ser compensados por los daños y pérdidas causados por el cambio climático.
Según el anuncio de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la COP29 de Bakú, tendrá lugar del 11 al 22 de noviembre de 2024.
La investigación realizada por Ana Julia Aneise, Elisabeth Möhle, Daniel Schteingart, que se apoya en datos que figuran en cuadros extraídos del reporte del área oficial de Ambiente y y Desarrollo Sustentable, concluye que las jurisdicciones en donde el sector energía tiene mayor peso dan cuenta de una estructura productiva más diversificada, como es el caso de la provincia de Buenos Aires (incluye CABA), Santa Fe y Córdoba.
Por el contrario, aquellas provincias con menor diversificación, en donde la actividad agropecuaria es la mayor protagonista, muestran una mayor proporción de las emisiones provenientes del sector agropecuario, como Chaco o Santiago del Estero.
Notable además es el caso de las provincias que, por la abundancia y riqueza de ecosistemas, como bosques nativos y humedales, tienen en varios períodos emisiones netas negativas, como Misiones o Corrientes.
Atrapantes del calor
Los gases de efecto invernadero (GEI) son necesarios para atrapar el calor en la atmósfera de la Tierra y mantener condiciones de habitabilidad para los seres humanos y otras especies.
Sin embargo, el aumento en su concentración intensifica la captura de calor, lo que resulta en un incremento de las temperaturas globales.
El dióxido de carbono (CO2), que históricamente ha explicado más del 60% de las emisiones totales y en la actualidad da cuenta de más del 70%, es el más importante y, juntos con el metano, dispararon sus valores en 1950, un siglo después que comenzaran a crecer.
En ambos casos, los coletazos de la revolución industrial primero y del plan de reconstrucción de posguerra, el segundo,contribuyeron a empinar la curva de las emisiones.
Las de dióxido de carbono estuvieron mayormente impulsadas por el creciente consumo de energía en base a combustibles fósiles, las de metano y el óxido nitroso se asocian al desarrollo de la actividad agropecuaria.
En 2021, Argentina aportó el 0,5% de las emisiones globales de dióxido de carbono (CO₂), que es el principal GEI.
Esta participación es baja en comparación con la de los principales emisores: China (30,9%), Estados Unidos (13,5%), Unión Europea (7,5%) e India (7,3%).
Aún así, Argentina se ubicó 83 en el ranking de emisores de CO₂ per cápita, una posición más alta a la de casi todos los países de Sudamérica.
Esto se explica por la composición de la matriz energética argentina, con menor penetración relativa de energías limpias en comparación a sus pares regionales.
El 51% de las emisiones de GEI en Argentina proviene del sector energético, y un 39% adicional está relacionado con actividades agropecuarias, como la ganadería, la fertilización y la deforestación.
Estos porcentajes contrastan significativamente con la media mundial, donde las emisiones están mucho más vinculadas al sector energético y menos al agrícola. Esta particularidad argentina se debe al gran peso que tiene el agro en la economía del país.
Energía
Incluye todas las emisiones de GEI que emanan de la combustión y las fugas de combustibles. Las emisiones de usos no energéticos de combustibles no suelen incluirse en este sector, sino que se declaran dentro de Procesos industriales y uso de productos.
Agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra (AGSyOUT)
Se incluyen las emisiones y absorciones de tierras forestales, tierras de cultivo, pastizales, y otros tipos de uso de la tierra. También incluye las emisiones por la gestión de ganado vivo y de estiércol, las emisiones de los suelos gestionados y las emisiones de las aplicaciones de fertilizantes.
Residuos
En el sector se incluyen las emisiones de GEI que se generan debido a la disposición, tratamiento y gestión de residuos sólidos y aguas residuales.
Las emisiones de Argentina crecieron desde 1990, aunque con una trayectoria dispar. Estas tuvieron un aumento sostenido hasta 2007 y luego tendieron a reducirse.
Aunque la implementación de medidas de mitigación como la Ley de Bosques y la incorporación de fuentes renovables explican parte de esta caída, el factor fundamental fue el bajo dinamismo de la economía.
Aunque no es el único gas que importa en materia de cambio climático, el CO2 representa más del 70% de las emisiones globales de GEI.
Contribuciones de los países
Por esta diferencia de proporción, comparar las contribuciones de los países en las emisiones de este gas es un buen indicador de sus responsabilidades en relación al cambio climático.
Cada tonelada de CO2 cuenta a la hora de enfrentar el cambio climático. Por eso, el aporte de Argentina no es despreciable.
Sin embargo, si se quiere evitar sobrepasar por mucho el 1,5°C de aumento de temperatura anual respecto a 1850-1900, como lo estipulan las metas del Acuerdo de París, es imprescindible que los países y regiones que más emiten tomen acciones rápidas y contundentes.
El cambio climático no solo se explica por las emisiones actuales, sino también por su acumulación en la atmósfera a lo largo del tiempo.
Es por ello que, para analizar las responsabilidades detrás del avance del cambio climático, es crucial examinar tanto las emisiones actuales como las históricas.
Al poner la lupa sobre esta contribución histórica al calentamiento global, se destaca el papel significativo de los países desarrollados, la mayoría de los cuales experimentaron procesos tempranos de industrialización, urbanización y alto consumo energético.