El paro del 24 de enero le dio vida a un acertijo libertario: ¿El de Milei es un gobierno con mandíbula de cristal?
“El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra” – Karl Marx
La realidad pinta impiadosa no solo para la economía doméstica de cada uno de los argentinos sino para la concreción de los anhelos y sueños del gobierno de Javier Milei, porque allí los estándares deseados y pregonados por sus funcionarios en pos de lograr una Argentina mejor, están muy lejos de convertirse en una realidad palpable y por esa razón se le vienen días turbulentos al oficialismo, jornadas que pueden significar “momentos bisagra” para sus inmediatas aspiraciones futuras.
El 24 de enero puede llegar a ser el día “D” para el líder libertario, si es que no se da antes el rechazo a sus decretos presentados en sociedad, los cuales hoy reciben “más abucheos que vítores”, aunque da la sutil sensación que ese “pequeño gran detalle” a los integrantes del Ejecutivo nacional, poco y nada parece importarles.
Milei regreso al país después de su periplo por Davos en donde dejó desde su participación discursiva, mas dudas que certezas y no son pocos los dirigentes políticos que catalogaron su mensaje en ese importante encuentro mundial como “bochornoso y delirante”, porque nobleza obliga reconocerlo, sus formas dialécticas fueron mucho más parecidas a una arenga de campaña que a la impostura que debería mostrar con decoro un mandatario que se precie como tal ante los líderes del mundo.
En síntesis, el libertario salió a mojarle “la oreja a los mandamases de las potencias del orbe, diciéndole en la cara que lo que hicieron en sus prósperos y pujantes países estaba todo mal” y que solo él era el poseedor del secreto del “Santo Grial” que los llevaría a un supuesto estado de confort y bienestar nunca visto antes para sus naciones. “Está loco el perro” hubiera dicho un amigo de la infancia, allá a los lejos y en el tiempo, en mi querido barrio Tablada y con las disculpas lógicas del caso a la memoria de Conan, obviamente.
El economista todo el tiempo hace equilibrio en la delgada frontera que edifica su particular pensamiento, donde reina una inocultable necesidad de mostrarse siempre imbuido de una supuesta superioridad moral además de ser testigo privilegiado de una invalorable y propia evidencia empírica que muchas veces lo deja demasiado expuesto porque la poco amigable realidad se transforma en un límite incontrastable para su relato. “Milei es esto, viene con altas dosis de un negacionismo incorporado que más de una vez es indefendible. Es tómalo o déjalo”, supo compartir – con un inocultable dejo de resignación – un dirigente libertario a este medio web.
Lo que sí resulta nocivo para la sociedad y es un obstáculo para este gobierno en el rubro de generación de empatía es su total falta de sensibilidad, sumada a la necesidad incontinente y testaruda de querer resolver todos sus actos de gestión por el camino de la imposición. Tampoco abonan a la concordia social el séquito de “trolls” que en las redes sociales denostan, amenazan y denigran a cada uno de aquellos que osan desafiarlos solo por pensar diferente. “Hay cierta perversidad en sus discursos y lo más grave es que transitan por una postura por demás de peligrosa porque juegan al límite con sus faltas de respeto y agresiones sin sentido”, supo advertirnos una socióloga rosarina sobre los “malos modos” que presentan los militantes libertarios en el mundo virtual.
El oficialismo desde antes de su advenimiento al poder “dinamitó todos los puentes posibles de la política” porque desde su genesis (pensamiento de Milei) han rechazado terminantemente la idea de apostar al diálogo, al consenso y el acuerdo con los demás dirigentes de la oposición – por considerar quizás esos gestos – como una señal de debilidad. No extraña entonces que la impronta que le han imprimido a sus acciones desde la llegada a la Casa de Gobierno los haya “aislados” del resto y esa pública aversión a la denominada “casta” se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para el economista y es eso lo que le imposibilita avanzar para conseguir la aprobación de sus decretos.
Enero y febrero marcarán un punto máximo de inflexión para la pérdida del poder adquisitivo de la sociedad por el fuerte ajuste inicial impuesto desde el gobierno. La gente empieza a padecer en carne propia la imposibilidad de adquirir los productos básicos para su subsistencia. Un dato que pudo conocerse en estos días es que las principales cadenas de supermercados han visto reducir sus ingresos en un 20% en diciembre, y todo apunta que esa baja se evidenciará aún más en los próximos dos meses y esa caída podría llegar hasta un 40 o 50% de menos ventas. “Deberían ser todas cajas rápidas, la gente lleva entre 5 o 10 productos por persona, cada vez vienen menos clientes”, supo compartir con quién escribe una cajera de un conocido supermercado rosarino con la incertidumbre a cuestas ante la posibilidad de perder su fuente laboral.
Los sobrevivientes de esta Argentina modelo Milei encontramos que el país parece estar todo “patas para arriba” y hasta la realidad nos abofetea sin piedad periódicamente haciéndonos saber lo difícil que es mantener la esperanza en estas condiciones. Milei en sus entrañas debe saber que sus hijos pródigos (concebidos in vitro con Sturzenegger) los decretos DNU y Ley Bases, están hoy más cerca de ser parte de la papelera de reciclaje que de convertirse en herramientas útiles para su gestión.
Dirigentes cercanos al mandatario nos advirtieron esta semana que el libertario nunca renunciará a su pedido de delegación de facultades legislativas a su persona, para él es algo no negociable y precisamente este ítem es el que puede derrumbar definitivamente la posibilidad de aprobación de las iniciativas. Los radicales anoche mediante un duro comunicado le bajaron el pulgar a cualquier apoyo a los decretos y justificaron su decisión por estar totalmente en contra “de la forma y el fondo” del proyecto de Ley”, al parecer los dirigentes del centenario partido tienen pensado cobrarse con intereses, cada agravio recibido de parte del presidente.
El 24 de enero, día del paro y la movilización, Milei cumpliría 45 días de estadía en el poder, justo la misma cantidad de tiempo que permaneció en el cargo, hasta su renuncia, la entusiasta y disparatada Liz Truss, como primera ministra del Reino Unido. Cabuleros y proféticos son los que nos acercan ese dato para decorar este intrincado presente del país. Mientras se anuncian multitudinarias marchas en todo el país para acompañar la medida anunciada por la CGT, hay que decir que ese humor social es el que marcará un antes y un después para el novicio gobierno argentino, y sobretodo, nos relevará cuanto castigo es capaz de absorber la barbilla de este gobierno.
El gran interrogante en ciernes y que tiene en vilo a toda la clase política es saber si Javier Milei, cuenta o no, con una mandíbula de cristal, esa que nos permitirá conocer si el mandatario podrá mantenerse de pie en el medio del ring después de las consecuencias que seguramente tendrán para su mandato la medida de fuerza dispuesta y las marchas sociales previstas para ese día, las cuales nos permitirán saber con qué fortalezas cuenta el libertario para hacer frente a los difíciles desafíos que de ahí en más tendrá por delante. “La historia la escriben los que ganan” canta Lito Nebbia, pero no siempre se trata de ganar sino también de saber perder y allí quizás el referente de La Libertad Avanza encuentre motivos y razones para empezar a transitar por el camino correcto.