Los celos no son amor: principales señales de estar en una relación violenta
Hablar del fin del amor romántico no es hablar del fin del amor. Desde los movimientos feministas se cuestiona desde hace décadas, y especialmente desde los años 70 (conocida como la segunda ola), al llamado “amor romántico” y a todas las lógicas y herramientas de control que éste ejerce de manera totalmente naturalizada: Entre las más usadas y normalizadas se encuentran los celos y esa falsa idea de que “porque nos aman tanto nos celan”.
El amor romántico, según indica Diana Maffía, doctora en Filosofía, investigadora y feminista, es “un invento entre el renacimiento y la modernidad que tiene que ver con fijar determinado tipo de roles a partir del cambio en la familia. La idea del amor, la sexualidad y el matrimonio unidos en un mismo espacio es absolutamente reciente”.
Lo que se cuestiona, como también dijo en varias oportunidades la periodista y escritora Luciana Peker respecto al mito del amor romántico, es la forma en la que las mujeres fuimos adoctrinadas a aguantar el maltrato, a esperar ser redimidas por un varón y dar nuestro tiempo, dinero y sentimientos en pos de ser queridas.
¿Por qué se siguen romantizando los celos?
En dialogo con NA, Julieta Fantini, psicoanalista con perspectiva de género y fundadora de Cuestionartearg, asume que los celos se romantizan porque son producto de lo que se denomina “amor romántico”. Y lo detalla así: “Las creencias sobre lo que es el amor nos lo enseñaron desde nuestras infancias y esto va calando profundo en la construcción de nuestra subjetividad y en cómo vincularnos sexo afectivamente con otras personas”.
Entre los mandatos del “amor romántico” aparecen los celos como herramientas de control, pero no es la única. Fantini habla sobre aquellas otros aspectos vigentes que refuerzan esta creencia:
– El amor es cumplir
– Los celos son una muestra de amor
– La heterosexualidad es una norma: el amor si o si es entre varón y mujer
– El amor todo lo perdona: es una premisa de que el amor todo lo puede a costa de lo que sea.
– El amor es posesión y exclusividad
Todos estos enunciados son parte de las herramientas de control que, bajo las lógicas patriarcales de nuestra sociedad, legitiman el ejercicio del control y el poder en varones cis heteronormativos sobre las mujeres que son sus parejas –su posesión-, como algo del orden de “lo natural”, incluso, como algo esperable en nombre del cuidado y la protección. Las mujeres, para la lógica del amor romántico, necesitamos ser salvadas y protegidas.
Lo más peligroso, según entiende la experta, es “que todas esas características que demuestran que estamos viviendo un verdadero amor, están sostenidas en la premisa de que eso es felicidad. Hasta incluso, tener una pareja que cumpla con estos requisitos es la clave del éxito”.
“Sin embargo -continúa-, por el mito del amor romántico, las mujeres nos aferramos a situaciones de maltrato y abuso: A lo largo de la historia, se han normalizado prácticas violentas en nombre del amor: ‘hace esto porque me ama’. Entonces, por amor, nos sacrificamos, nos anulamos, perdemos nuestra libertad y hasta incluso llegamos a perder redes afectivas. En tanto, normalizamos los gritos, los golpes, la violencia económica, las desigualdades en las tareas del hogar y por supuesto los celos, entre otras cosas”.
Control y sometimiento en el “amor romántico”
– ¿Cuáles son las principales señales de estar en una relación de pareja basada en el control ?
– Las principales señales de las cuales tenemos que estar advertidas son aquellas que pasan desapercibidas y que se encuentran naturalizadas. Por eso, considero que es fundamental la implementación de la ley de Educación Sexual Integral (ESI) en todos los niveles educativos para aprender a detectar más facilmente conductas nocivas a través de diversos talleres (como puede ser, el taller de prevención de noviazgos violentos), y asípodamos cuestionar aquellas situaciones que configuran violencia en vez de amor.
Algunos escenarios típicos: escenas de celos reiterativas, el control absoluto de las actividades, la dependencia emocional (necesidad de compartir todo el tiempo en pareja, no permitir espacios con amistades o familiares), los enojos constantes por cada actividad que se realiza, desvalorización psíquica de los deseos de la otra persona, comunicación basada en la agresión. Y también los escenarios más explícitos: a través de gritos, insistencias para acceder al sexo, abusos sexuales, violencia verbal y violencia física.
– ¿Cómo consideras que se podría construir amor de pareja desde la lógica feminista?
– Desde algunos sectores del feminismo se habla de construir un amor basado en el deseo de ambas personas y con prácticas de comunicación asertiva, algo que resulta fundamental.
Porque el cuestionar el amor romántico no significa que deje de existir el amor. Cuando logremos crear vínculos más libres el amor romántico va a caer. Cuando tengamos más en cuenta el deseo de cada persona más allá de las reglas que nos inculcó patriarcado, seguramente otras formas de amar van a aparecer. Con menos control y necesidad de dominación.