Con una participación récord, el “voto argentino” en España colaboró con el progresismo
Las elecciones españolas de este domingo tuvieron como resultado el triunfo del Partido Popular (PP) con 33,05% de los votos y 136 escaños, seguido por el PSOE con 31,70% y 122 escaños. En tercer lugar quedó Vox con 12,39% y 33 escaños y por detrás Sumar, 12,31% y con 31 escaños. Con esto, la derecha ganó las elecciones generales pero no consiguió la mayoría absoluta, lo que quiere decir que no está garantizada la presidencia de su candidato, Alberto Núñez Feijoo.
Hubo un récord histórico de participación ciudadana para el país, que alcanzó un 70,4% según datos oficiales.
Otro récord se registró en la solicitud de votos por correo, acumulando 2,47 millones el sábado 22 de julio, es decir, aproximadamente un 10% del total de los votos. Esto se debe no sólo a la inmensa cantidad de españolxs que residen en el exterior, sino también a que es la primera vez que estas elecciones se realizan en pleno verano, con muchos ciudadanos de vacaciones y lejos del lugar donde se encuentran empadronadxs.
El voto por correo de todos modos acarrea sus complejidades: hacer llegar las boletas a tiempo desde todas partes del país y el exterior requiere un plan de acción particular. Para el mismo, el departamento de correos otorgó 21.000 contratos de refuerzo y amplió sus horarios de atención incluyendo sábados, domingos y feriados entre otras medidas. Sin embargo, no se pudo garantizar la eficiencia del mismo sistema en todos los casos.
Esta avidez por la participación ciudadana no es algo habitual en la historia de España, donde el voto no es obligatorio. Y en un contexto como el actual, los ojos están posados en el voto inmigrante y en el voto joven.
A lxs inmigrantes, los resultados de estas elecciones les resultarán especialmente relevantes. El sitio web oficial del PP, de derecha, rezó desde su sitio web oficial: “Apostamos por una inmigración legal, ordenada y vinculada al empleo, acabando con las regularizaciones masivas”.
El programa de Vox, de ultraderecha, por su parte propuso “promover sanciones a aquellos Estados que promuevan oleadas masivas de inmigrantes o las utilicen como arma diplomática”, habiendo también presentado en el Congreso iniciativas para evitar que inmigrantes ilegales y okupas puedan empadronarse.
Cabe aclarar que para poder votar en España habiendo nacido fuera del territorio, hace falta tener la nacionalidad española y figurar en el censo electoral dentro del plazo establecido.
A fines del año pasado, la cifra oficial de personas argentinas viviendo en España alcanzaba los 353.000, y la cifra crece a diario, aunque por supuesto no contempla a les argentines que se encuentran en una situación irregular. Y curiosamente, o no, Argentina es el país extranjero con mayor número de habitantes españoles con derecho a voto.
Y si bien España siempre fue uno de los destinos favoritos de les argentines a la hora de migrar, en los años post pandemia éste flujo se ha disparado, sobre todo en jóvenes adultos y adultos de mediana edad con hijos pequeños. Casualmente, la generación que ha recuperado el interés por la participación política a partir del gobierno de Néstor Kirchner.
¿A quién votan les jóvenes argentines viviendo en España y cómo ven el panorama político y social de cara a estas elecciones? ¿Por qué eligen votar si podrían no hacerlo? ¿Qué los preocupa?
Emilia es periodista, asesora en comunicación política y directora del medio de comunicación feminista Beba. Tiene 29 años y viive en España hace poco menos de dos años. “Elijo votar – explica – porque entiendo que absolutamente todo lo que me rodea es resultado de una serie de decisiones políticas. Y teniendo eso en cuenta, elijo habitar este mundo de forma conscientemente política, sea cual sea el territorio en el que me encuentre. Entonces si tengo la posibilidad de ejercer mis derechos civiles para manifestar mi apoyo a aquellas ideas y posibles políticas públicas que más acompañen mi visión del mundo, cómo no aprovecharla?”.
Iván, 32 años, es analista en una multinacional de logística y también vive en Madrid. “Yo voto por consciencia democrática. Creo que cada voto cuenta. Y en definitiva las medidas que se tomen van a impactar a diferentes niveles de la sociedad, tanto a nivel material como simbólico, que no es menor. Creo que la derecha no tiene demasiadas propuestas salvo derogar algunas leyes polémicas, para ellos, del gobierno de Pedro Sánchez, como son la ley del Sí es Sí y la ley trans. Pero con respecto a la economía y al mercado laboral tampoco proponen nada muy claro. A nivel estrictamente personal, como persona gay, eso me puede afectar: la normalización e institucionalización de discursos de odio, que habilitan expresiones de odio”.
Por su parte, Valeria, de 31 años, vive en Zaragoza y considera que el triunfo de la derecha, podría llevar a la derogación de la reforma laboral que permite tener contratos del tipo indefinido, la no actualización del salario mínimo profesional sobre la renta, beneficios fiscales a grandes empresas que perjudicarán a las pequeñas y medianas empresas. Y por supuesto las políticas migratorias: “Si empiezan a hacer un sistema de puntos como mencionaron para que las personas migrantes puedan tener el acceso a todos los servicios públicos, esas son pérdidas de derechos humanos. Ésto ya modificaría la vida de estas personas a nivel empleo, economía, salud… la pérdida de derechos nunca es una opción”.
Manuel tiene 36 años, es sonidista y vive en Barcelona. “Como inmigrante voy a votar sobre todo por una cuestión cultural, tal vez por haber nacido en Argentina y tener en casa siempre la conversación en mi casa con mis viejos sobre que la democracia es una batalla ganada y hay que defenderla”.
Fuente: Télam