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Inteligencia Artificial: la Comisión Federal de Comercio de EEUU abrió una investigación contra OpenAI

La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos abrió una investigación sobre OpenAI, el creador del popular chatbot ChatGPT, alegando que ha infringido las leyes de protección de los consumidores al poner en peligro la reputación y los datos personales, informó el Washington Post.

A medida que se acelera la carrera por desarrollar servicios de inteligencia artificial más potentes, como ChatGPT, algunos reguladores han recurrido a viejas leyes para controlar una tecnología que podría trastornar el funcionamiento de sociedades y empresas.

La Comisión Federal de Comercio envió esta semana a la empresa una petición de 20 páginas para obtener información sobre cómo aborda los riesgos relacionados con sus modelos de Inteligencia Artificial, añade el artículo, que cita un documento.

Hace unos meses, el director ejecutivo de OpenA, Sam Altman le había pedido al Congreso norteamericano que esclarezca normas de licencia y seguridad para los sistemas avanzados de Inteligencia Artificial ante algún eventual fallo en la seguridad de esta nueva tecnología. 

“Entendemos que la gente esté preocupada por cómo puede cambiar nuestra forma de vida”,  dijo Sam Altman en una audiencia en el Capitolio y agregó: ““Creemos que podemos y debemos trabajar juntos para identificar y gestionar las posibles desventajas para que todos podamos disfrutar de las tremendas ventajas” de esta tecnología. Creemos que la intervención regulatoria de los gobiernos será crucial para mitigar los riesgos de modelos cada vez más potentes”, aseguró ante los una comisión del Congreso norteamericano.

El otro que se metió en la disputa sobre los riesgos de la Inteligencia Artificial fue el cofundador de Microsoft, Bill Gates, que en su blog personal advirtió sobre los peligros pero aclaró que son controlables.  “Me enfocaré en los riesgos que ya están presentes, o que pronto lo estarán. Ya sea que lleguemos a ese punto en una década o en un siglo, la sociedad deberá enfrentarse a preguntas profundas. ¿Qué pasa si una súper IA establece sus propios objetivos? ¿Y si entran en conflicto con los de la humanidad? ¿Deberíamos incluso hacer una súper IA?”, se preguntó.

Y sobre las modificaciones tecnológicas que se deberán poner en marcha para evitar riesgos mayores, agregó: “Se requerirá adaptación por parte de empleadores y empleados, pero hay confianza en que se pueda minimizar la disrupción en la vida de las personas”.

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