Francia: la abuela del menor asesinado pidió que cesen los disturbios
La abuela del adolescente asesinado por la policía durante un control de tráfico en un suburbio de París dijo el domingo que quería que terminaran los disturbios desencadenados por el deceso en todo el país, después de una quinta noche de disturbios.
Identificada como Nadia por los medios franceses, aseguró que los alborotadores estaban usando la muerte de Nahel, de 17 años, como excusa para causar destrucción y que la familia quería calma.
“Nahel está muerto. Mi hija está perdida… ya no tiene vida”, expresó Nadia a BFM TV. “No destruyan las escuelas, no destruyan los autobuses… Les digo (a los alborotadores) que se detengan“, agregó.
El ministro del Interior, Gerald Darmanin, dijo que los últimos disturbios nocturnos habían sido menos intensos, después de que 45.000 policías fueran desplegados tras el funeral de Nahel el sábado en el suburbio parisino de Nanterre.
Desde que le dispararon el martes, los alborotadores incendiaron coches y saquearon tiendas, pero también atacaron instituciones estatales como ayuntamientos y comisarías. La casa del alcalde de L’Hay-les-Roses, cerca de París, fue atacada mientras su esposa e hijos dormían en el interior.
El presidente Emmanuel Macron pospuso una visita de Estado a Alemania que debía haber comenzado el domingo para gestionar la peor crisis para su liderazgo desde que las protestas de los “chalecos amarillos” paralizaron gran parte de Francia a finales de 2018.
La “unidad de crisis” del gobierno había sido activada hasta nuevo aviso y Macron tenía previsto reunirse con sus ministros más tarde.
La muerte de Nahel acrecentó denuncias de larga data de violencia policial y racismo sistémico dentro de las fuerzas del orden por parte de grupos de derechos y dentro de los suburbios de bajos ingresos y racialmente mixtos que rodean las principales ciudades de Francia. Las autoridades lo niegan.
Un agente reconoció haber efectuado un disparo mortal, según el fiscal, y argumentó a los investigadores que quería evitar una persecución policial, temiendo que él u otra persona resultaran heridos. El agente implicado está siendo investigado por homicidio voluntario.
El Ministerio del Interior informó de que 719 personas fueron detenidas el sábado por la noche, menos que las 1.311 de la noche anterior y las 875 del jueves por la noche.
El jefe de la policía de París afirmó que era demasiado pronto para decir que los disturbios habían sido sofocados. “Evidentemente hubo menos daños, pero seguiremos movilizados en los próximos días. Estamos muy concentrados, nadie puede cantar victoria”, declaró Laurent Nuñez.
El punto más álgido de la noche fue Marsella, donde la policía disparó gases lacrimógenos y libró batallas callejeras con jóvenes en el centro de la ciudad hasta bien entrada la noche. También se produjeron disturbios en París, en la ciudad mediterránea de Niza y en Estrasburgo.
Ataque a la casa del alcalde
En París, la policía reforzó la seguridad durante la noche en la famosa avenida de los Campos Elíseos tras un llamamiento en las redes sociales para concentrarse allí. La calle, habitualmente abarrotada de turistas, estaba flanqueada por fuerzas de seguridad que realizaban controles aleatorios. Las fachadas de las tiendas estaban tapiadas para evitar posibles daños.
La policía de París informó de que seis edificios públicos habían resultado dañados y cinco agentes heridos. En la región metropolitana de París, la casa del alcalde conservador de L´Hay-les-Roses, Vincent Jeanbrun, fue embestida con un vehículo y su esposa e hijos fueron atacados con fuegos artificiales mientras escapaban.
La primera ministra, Elisabeth Borne, visitó la zona el domingo con la presidenta de la región de París, Valerie Pecresse, quien culpó de la violencia a pequeños grupos bien entrenados. “La República no cederá y responderemos”, dijo.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, declaró el sábado que 10 centros comerciales habían sido saqueados en la ola de disturbios y que también fueron atacados más de 200 supermercados, así como tabaquerías, bancos, tiendas de moda y establecimientos de comida rápida.
Desde que estallaron los disturbios, Macron -reelegido en 2022- se ha visto obligado a posponer su viaje a Alemania y a abandonar antes de tiempo una cumbre de la UE. Ha pedido a las redes sociales que cooperen con las autoridades para ayudar a identificar a quienes “promueven la violencia”.
Aunque Macron este año tuvo que hacer frente a protestas sindicales generalizadas por un aumento muy impopular de la edad de jubilación que dejó sus índices de popularidad por los suelos, un levantamiento callejero concertado y prolongado, como las protestas de los Chalecos Amarillos por los altos precios del combustible, supondría un nuevo reto.