Por las condiciones internacionales y locales, sube el riesgo monetario al 65,88%
Ante la volatilidad política y económica, tanto interna como externa, el Índice de Riesgo Monetario (IRM), que elabora la Universidad Austral y Romano Group, volvió a ascender en el mes de febrero. Los analistas indican que las condiciones internacionales y locales repercuten fuertemente en la economía y el IRM asciende al 65,88%, y vaticinan para el mes de marzo un 67% en un escenario de extrema fragilidad monetaria.
La pérdida de reservas del Banco Central durante el mes pasado consagró a febrero de 2023 como el peor de los últimos 20 años. Además, el BCRA se enfrenta a un menor superávit comercial por la sequía: El sector agroexportador en febrero, y según datos oficiales, liquidó 644 millones de dólares, el equivalente a una cuarta parte de los 2.500 millones de dólares liquidados en febrero del 2022.
“El BCRA culminó con un saldo negativo de ventas en el MULC por 890 millones de dólares. El impacto de la sequía es abrumador, con proyecciones de caída de las exportaciones de los 5 principales granos materializados en el orden de 20.000 millones de dólares respecto a la campaña anterior, impactando en el índice a través de menores reservas brutas y netas del BCRA, y mayores presiones sobre el tipo de cambio oficial”, consiga el nuevo IRM.
Por el lado del clima externo, febrero fue un mes con incrementos de la tasa a 10 años de Estados Unidos que trepó a niveles del 4%, con su impacto negativo en el IRM, a partir de una suba sistemática del riesgo país.
“Además, a más de un mes del anuncio del ministro de Economía para la recompra de deuda en dólares en el mercado, podemos definir que fue realmente un fracaso. En el momento del anuncio, el riesgo país se situaba en 1881 puntos básicos y cerró a finales de febrero en 1963 pbs. Actualmente el riesgo país se ubica en niveles de 2500”, explica Alfredo Romano, director de la licenciatura en Economía Empresarial de la Universidad Austral y presidente de Romano Group.
El profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales recuerda que, desde aquel anuncio, los bonos han perdido valor en su cotización entre 15% y 20%. “El FMI dejó entrever su oposición a dicha recompra de títulos, ya que tal programa tiene como objetivo controlar los dólares financieros. Una de las razones de la ineficacia de la medida responde a la utilización de las magras reservas netas del Banco Central para hacer recompra de títulos públicos, conviviendo con uno de los años más complejos en ingreso de dólares de la historia del complejo exportador”, añade.
Sobre la reciente publicación del DNU que dispone a entes públicos entregar sus tenencias de títulos públicos en dólares a cambio de un bono dual con vencimiento en el 2026, Romano considera que esta estrategia contradice la medida anunciada en febrero de recompra de títulos soberanos: “Resulta ser controvertida debido a que puede afectar sensiblemente el patrimonio de los fondos administrados por distintas entidades públicas, entre ellas, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad que administra el patrimonio de los jubilados”.
A la lista de factores que tampoco colaboraron en el IRM se suma también la inflación. “Posiblemente, en marzo veremos una nueva aceleración de la inflación, en niveles del 7%”, pronostica Romano. En línea con la inflación (6,95% vs 6,6%) los pasivos remunerados se incrementaron, sin embargo, la base monetaria promedio del mes de febrero se redujo comparándola con enero: alcanzan 216% a finales de febrero y, en la actualidad, ya se ubica en el orden del 220%, superando al máximo de noviembre del 2022 en 217,5%.
¿Qué esperar en los próximos meses?
“El desafío del gobierno será administrar la volatilidad y la nominalidad de las variables relevantes dólar, inflación y la deuda en pesos; en busca de mantener la competitividad para las PASO de Agosto”, indica Romano.
El especialista de la Universidad Austral considera que entre las medidas inmediatas a tomar se encuentran: frenar el nivel de sangría de las reservas, y la creación de un plan de estímulo vía precio a las exportaciones. “La gravedad de la sequía pone en jaque el acuerdo con el FMI -ya que en 2023 deberán hacerse pagos netos-, donde se ha dejado trascender un waiver con nuevas metas fiscales, de acumulación de reservas y monetarias”, detalla.
El escenario para Romano es “delicado, complejo y no exento de volatilidad en los mercados cambiarios”. Avizora posibles restricciones al pago de importaciones, algunas que el economista considera que tendrían que abonarse a través de la utilización de las cotizaciones de los dólares financieros (CCL). “Si la situación se complica y el nivel de divisas se reduce notablemente, el BCRA podría recurrir a los encajes bancarios y/o los depósitos de Sedesa”, concluye.