Irán y Arabia Saudita retoman relaciones
Luego de siete años de ruptura diplomática y a raíz los diálogos celebrados en Beijing, Arabia Saudita e Irán retoman sus relaciones, ¿qué sucederá a partir del anuncio de la restauración de las relaciones y la reapertura de sus embajadas? Compartimos el análisis del director del Núcleo de Estudios de Medio Oriente, Said Chaya.
“Arabia Saudita había roto relaciones con Irán en 2016 tras los ataques a su embajada en Teherán y el consulado en Mashhad, que sucedieron tras la ejecución del clérigo chiíta Nimr Al-Nimr por “desobediencia civil”; había propuesto la sedición y rebelión contra el gobierno de Riad.
“Desde el 2021 los contactos entre ambos países fueron continuos, especialmente en el último tiempo, donde los esfuerzos de Irak por mediar entre los gobiernos de Teherán y Riad fueron notables. En su momento, también Qatar hizo uso de sus buenos oficios”.
“El príncipe MBS le bajó el tono al enfrentamiento entre ambos países el año pasado al afirmar que Arabia Saudita era favorable a convivir en paz con su vecino. Irán, independientemente de su prédica, también se mostró favorable a las negociaciones con Washington”.
“El panorama que el relanzamiento de las relaciones abre para la región es muy interesante por los escenarios que se están dando dentro de ella, que son piezas de un rompecabezas: está en la agenda la cuestión en Yemen, la elección presidencial en el Líbano, la situación en Palestina e Israel, y el futuro del acuerdo nuclear”.
“Hay dos cuestiones colaterales que no hay que perder de vista: el rol de China como broker del acuerdo -un lugar importante que está ganando en la región en detrimento de la potencia clásica que fue Estados Unidos- y el carácter simultáneo de estas negociaciones junto con el posible reingreso de Siria a la Liga Árabe”.
“Uno de los temas que pactaron es respetar su soberanía y no interferir en asuntos internos. Esto implica que en ligar de confrontar directamente, optarán por seguir jugando sus piezas en la región, es decir, evitar confrontamientos directos, y focalizarse en las pequeñas batallas que tienen en estas piezas del rompecabezas regional. Seguir moviendo las piezas sin que esto implique un enfrentamiento directo entre ambas potencias, o -por lo menos- abstenerse de realizar cualquier tipo de declaración pública”.
“En este contexto, es poco probable que Arabia Saudita normalice las relaciones con Israel. Considero que mientras continúe al frente el rey Salman, al menos nominalmente, este cambio no se producirá”.