El abuso grupal de Palermo ya tiene tribunal para un juicio
El caso de la violación grupal que hace nueve meses sufrió una joven de 21 añosen las inmediaciones de la Plaza Serrano en el barrio porteño de Palermo ya tiene designado un tribunal oral para el juicio que se realizará el año próximo con los seis detenidos enfrentando una imputación por “abuso sexual agravado”, delito por el que podrían terminar condenados con hasta 20 años de cárcel, informaron fuentes judiciales.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 14 de la Capital Federal fue el sorteado para el debate luego de que en junio pasado el fiscal de la causa, Eduardo Rosende, solicitara el juicio y el juez en lo Criminal y Correccional 21, Marcos Fernández, resolviera el cierre de la instrucción y aceptara la petición.
Si bien las fuentes consultadas aclararon que aún no hay fecha designada, el debate podría iniciarse entre abril y junio de 2023, según una primera estimación.
El único juez natural del TOC 14 es Hugo Cataldi y lo completan sus colegas Domingo Altieri y Gabriel Vega, pero no está confirmado que esa sea la integración para este juicio, ya que el primero de los magistrados se jubilará en los próximos meses y la permanencia de los otros dos dependerá de si les renuevan su subrogancia.
La acusación del Ministerio Público Fiscal (MPF) estará en manos del fiscal de juicio Fernando Klappenbach.
El TOC 14 tuvo recientemente algunos juicios de casos resonantes como el del periodista Eugenio Veppo, a quien en marzo de 2021 condenó a nueve años y tres meses de prisión por atropellar con su auto y matar a la inspectora de tránsito Cinthia Choque y por herir a su compañero Santiago Siciliano, en un hecho ocurrido en 2019 en el barrio porteño de Palermo y en el que el imputado escapó con su auto sin asistir a las víctimas.
En diciembre de 2021, condenó a prisión perpetua a Waldo Servian Riquelme, el denominado “descuartizador de la amoladora”, por el femicidio de su pareja Mirtha Liliana González Ayala cometido en 2019 en el Barrio 31 de Retiro.
Y hace 19 años, este mismo tribunal tuvo el juicio de otro caso de alto impacto y también de índole sexual, como fue la violación seguida de muerte de la maestra Fabiana Gandiaga, ocurrida en 2001 en la sede del microcentro porteño del club GEBA, y donde dos empleados de limpieza terminaron condenados a 21 años de cárcel.
Voceros judiciales indicaron a Télam que todas las partes, entre ellas la querella de la víctima representada por el abogado Hugo Figueroa, y las defensas de los seis acusados, ya ofrecieron la prueba para el debate.
El último movimiento del expediente fue un rechazo del TOC 14 a un nuevo pedido de excarcelación y alternativamente de una prisión domiciliaria, que hizo el acusado Thomas Fabián Domínguez, a través de su abogado Jorge Alfonso – el mismo que ahora defiende al múltiple homicida Carlos Robledo Puch-.
Alfonso también anunció que el 23 de noviembre a las 16.30 habrá una marcha “en apoyo” a los imputados desde el Congreso nacional a la sede del TOC 14 en la calle Lavalle 1101, bajo el lema “basta de falsas denuncias”, de la que participarán allegados y familiares de los acusados y quienes los defienden en redes sociales a través del sitio casopalermo.com.
Todos los acusados por la violación
Los seis acusados -todos con prisión preventiva- son el ya mencionado Domínguez (22), Ángel Pascual Ramos (23), Lautaro Dante Ciongo Pasotti (24), Steven Alexis Cuzzoni (20), Franco Jesús Lykan (23) e Ignacio Retondo (23).
Todos están imputados por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la intervención de dos o más personas” -que prevé una pena de 8 a 20 años de cárcel-, y “lesiones leves” – de un mes a un año de prisión-, ambos delitos en concurso real y en calidad de “coautores”.
Cómo fue la violación
El hecho ocurrió el feriado de carnaval del pasado 28 de febrero, en la calle Serrano al 1300, en la zona de Palermo Soho, donde una pareja de panaderos y otro vecino intervinieron al ver que dentro de un auto Volkswagen Gol estacionado junto a la vereda abusaban en grupo de una chica.
Mientras cuatro de los imputados -Ramos, Ciongo Pasotti, Cuzzoni y Lykan- estuvieron dentro del auto con la víctima, los otros dos -Domínguez y Retondo- cantaban y tocaban la guitarra en la vereda, aunque “observando y convalidando el ataque sexual”, según lo establecido en su instrucción por el juez Fernández, quien al procesarlos consideró que actuaron con “un plan previo, con acuerdo de voluntades y roles” para concretar un “ataque sexual masivo”.
Las claves del caso que incriminaron a los acusados fueron los múltiples videos de cámaras de seguridad que registraron todo el derrotero del grupo con la víctima, el relato de la propia joven que dejó en claro que nunca dio el consentimiento y el de los testigos que la auxiliaron.
En su requerimiento de elevación a juicio -al que accedió Télam-, el fiscal Rosende consideró que los seis actuaron en grupo “en aras de satisfacer sus deseos libidinosos” con una víctima que no estaba en condiciones de dar ningún consentimiento, ya que tenía alcohol, marihuana y anfetaminas en su organismo.
“Ese era el plan común, mantener relaciones sexuales con ella todos al mismo tiempo, en la medida de lo posible, a cuyo fin debían turnarse para hacerlo algunos primero y el resto después, pero siempre varios al mismo tiempo, aprovechándose de la vulnerabilidad de la víctima a nivel volitivo”, escribió Rosende.
Al describir el hecho, el fiscal realizó una cronología de todo lo sucedido aquel 28 de febrero cuando la joven de 21 años fue captada a las 6 de la madrugada por algunos de los imputados en el boliche “Espacio Ro Techno Bar”, de la calle Thames 1625, luego fue llevada a una plaza a tomar cerveza y fumar marihuana, sufrió un primer abuso por manoseos en un kiosco de la zona y por último, pasadas las 15, fue rescatada, por comerciantes y vecinos, luego de ser abusada dentro de un auto estacionado frente a una panadería de la calle Serrano 1397.
Los más comprometidos son Ramos y Ciongo Pasotti -dueño del auto-, cuyos perfiles de ADN se hallaron en el líquido seminal que había en la ropa interior y en los hisopados practicados a la joven, y en el caso del primero de los mencionados, su patrón genético apareció también bajo las uñas de la chica, lo que para la Justicia indica que ésta se resistió al acto sexual.