Italia destinará 30.000 millones de euros más para subsidiar las facturas eléctricas
El Gobierno italiano anunció un nuevo paquete de asistencia de 30.000 millones de euros para reducir el impacto en los hogares y empresas de la suba de las facturas eléctricas.
La medida, anunciada a última hora del viernes por la administración de la flamante primera ministra, Giorgia Meloni, será financiada a través de una contracción de deuda adicional en 2023, que subirá el déficit del 3,4% previsto originalmente a un 4,5%.
Del paquete de 30.000 millones de euros (US$ 29,7 mil millones), una tercera parte de la cifra será destinada de forma inmediata a través de un decreto que se firmará la semana próxima, lo cual permitirá otorgarle continuidad a las asistencias dispuestas por el ex primer ministro, Mario Draghi.
En tanto, los otros 21.000 millones se incorporarán a los Presupuestos Generales de 2023, según reportaron la agencia de noticias DPA y el diario italiano La Repubblica.
Tras formalizarse la medida en una reunión del Consejo de Ministros, Meloni y el ministro de Economía y Finanzas, Giancarlo Giorgetti, reconocieron en una conferencia de prensa que el país no escapa a la amenaza de una recesión.
“También podría tocar a Italia. Estamos preparados para afrontar estos riesgos, por eso nos presentamos al Parlamento con una actitud responsable”, señaló Giorgetti.
No obstante, la nueva coalición de derecha analiza recortar otros beneficios sociales como el llamado “reddito di cittadinanza”, un salario mínimo destinado a desocupados o familias con ingresos anuales de menos de 6.000 euros que ha permitido reducir la pobreza desde su introducción en 2019.
El objetivo de la administración Meloni es mantener el orden fiscal regresando a un déficit del 3% en 2025, acorde con el limite tradicional de la Unión Europea, que ha sido suspendido temporalmente en el marco de la crisis energética.
Del mismo modo, se buscará reducir la deuda pública, la cual actualmente representa un 150% del Producto Bruto Interno (PBI).
Los italianos se ven especialmente afectados por el encarecimiento del costo de vida, con una inflación que en octubre fue del 11,9% anual.
Una situación similar se vive en Alemania, país que registra una inflación del 10,4% anual, récord en 70 años, según publicó la agencia DPA.
Allí los bancos de alimentos registraron un aumento del 50% de sus asistentes desde principios de este año, según comunicó la organización que las agrupa, Tafel Deutschland.
“La gente tiene grandes temores y preocupaciones existenciales sobre cómo pagar la comida, la vivienda, la calefacción”, declaró el presidente de la organización, Jochen Brühl.
La situación no sólo afecta a las personas de menores ingresos: casi tres cuartas partes de los alemanes están preocupados por una posible recesión económica y ajustan en consecuencia su comportamiento de compra, según una encuesta de YouGov encargada por la consultora de gestión Simon-Kucher & Partners.