Dos tratamientos para reducir mortalidad del virus del ébola
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó por primera vez dos tratamientos que reducen significativamente la mortalidad ligada a la enfermedad del virus del ébola para personas que sufren de esta fiebre hemorrágica.
El organismo internacional recomendó el tratamiento con mAb114, un anticuerpo monoclonal comercializado bajo la marca Ebanga, y con REGN-EB3, mezcla tres anticuerpos monoclonales, ambos aprobados a fines de 2020 por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA).
Los tratamientos son recomendados para pacientes afectados por la enfermedad del ébola, así como para los bebés de hasta siete días con enfermedad no confirmada, nacidos de madres con MVE confirmada, según consignó la agencia de noticias AFP.
“Los pacientes deben recibir anticuerpos monoclonales neutralizantes recomendados lo antes posible tras la confirmación del diagnóstico por parte del laboratorio”, dijo la OMS en un comunicado.
WHO publishes its first guideline for #Ebola virus disease therapeutics: recommends the use of two monoclonal antibodies.
— World Health Organization (WHO) (@WHO) August 19, 2022
WHO calls on the global community to increase access to these lifesaving medicines.
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Según demostraron los estudios, ambos tratamientos reducen de forma considerable la mortalidad por el virus del ébola, indicó el responsable del equipo clínico de la OMS, Janet Díaz, durante una rueda de prensa en Ginebra.
Estos tratamientos pueden salvar entre 230 y 400 vidas de cada 1.000 personas infectadas.
“La OMS está dispuesta a ayudar a los países, a los fabricantes y a los socios a mejorar el acceso a estos tratamientos, y a apoyar los esfuerzos nacionales y mundiales para hacerlos más asequibles”, señaló la organización.
El organismo, sin embargo, desaconsejó administrar el tratamiento ZMapp (también con anticuerpos monoclonales) y el antiviral remdesivir.
El virus del ébola provoca una enfermedad mortal en muchos casos.
El brote registrado entre 2013 y 2016 en África Occidental fue el mayor desde que se descubrió el virus, en 1976 en la República Democrática del Congo, y dejó más de 11.300 muertos.