Para el banco Wells Fargo, Estados Unidos ya cayó en recesión
Un grupo de economistas del Instituto de Inversión del banco Wells Fargo afirmó que Estados Unidos ya se encuentra en recesión, porque su economía habría registrado un retroceso durante el segundo trimestre del año.
De acuerdo con los especialistas, Estados Unidos ya entró en una recesión, una definición que se suele aplicar cuando un país registra dos trimestres consecutivos de contracción económica.
En los primeros tres meses del año, el país ya registró una caída en su Producto Bruto Interno (PBI) de 1,5% anual, el primero con una merma desde el segundo trimestre de 2020, momento en el cual el mundo había entrado en la pandemia de Coronavirus.
En el momento de publicación del dato –en abril último- se estimaba que Estados Unidos lograría revertir la tendencia en el siguiente periodo, ya que se presumía que la inflación había alcanzado su pico y que el consumo –que representa dos tercios de la economía- aún continuaba sólido.
En ese sentido, hace tan sólo un mes, en sintonía con otras entidades financieras, los analistas del banco estimaban que el país entraría en una recesión “leve” a fines de este año.
Sin embargo, Wells Fargo aseguró que la inflación, que en mayo marcó un récord en 40 años de 8,6% anual, es más alta y de mayor amplitud en la economía de la que se esperaba, lo que debilitó la confianza entre los consumidores y en las empresas, y, como consecuencia, adelantó el pronóstico, el cual ahora habla de una contracción “moderada”, en lugar de “leve”.
Si bien los datos preliminares oficiales del segundo trimestre no se conocerán hasta fines de este mes, se han conocido cifras en tiempo real de la Reserva Federal de Atlanta que muestran una caída de magnitud similar a la del primer trimestre, según la agencia de noticias Bloomberg.
Uno de los principales efectos de la recesión será el deterioro en el mercado laboral.
Según los economistas de Wells Fargo, el desempleo, actualmente en mínimos históricos de 3,6% -según el último reporte de junio publicado este viernes-, subirá a 4,3% a fines de este año y a 5,2% al terminar 2023.
El pronóstico es más sombrío de lo que el grupo estimaba anteriormente, con subas de 3,8% y 4,4%, respectivamente.
Por otro lado, pronosticaron que la inflación continuará acelerándose con una suba de dos décimas a 8,8% anual en los datos de junio, que se conocerán oficialmente la semana próxima.
De confirmarse dicha suba en los precios, la Reserva Federal (FED) podría verse obligada a actuar de forma más agresiva en la suba de tasas de interés para frenar la inflación, lo cual recrudecería la desaceleración económica y la situación en el mercado laboral.
Hasta el momento, la FED dispuso una suba en las tasas de interés de referencia de 25 puntos porcentuales en marzo, 50 en mayo y 75 en junio (la mayor desde 1994).
En las minutas de la reunión de junio, los miembros de la FED anticipan otra suba de 50 o 75 puntos en el próximo encuentro del 26 y 27 de julio.
Esta última posibilidad se vio reforzada el jueves luego de que el gobernador de la FED, Chistopher Waller y el presidente de la FED de Saint Louis, James Bullarde, llamaron a que la entidad aplique una política más restrictiva “lo más rápido posible” y se mostraron a favor de otra suba de 75 puntos.
La situación no es mejor en la zona del Euro, donde, según aseguró el banco ING, se caerá en una recesión, sin importar si Rusia corte o no el suministro de gas a la región, del cual es especialmente dependiente.
“La tan esperada recuperación económica de la Eurozona se canceló. No se espera que ninguno de los actuales factores de riesgo desaparezca pronto”, advirtió la economista Carsten Brzeski de ING en una nota.