Liam Neeson, el actor que fue Darkman, Schindler, Qui-Gon Jinn y hoy es héroe de acción
Este martes el actor británico Liam Neeson cumple 70 años. Su nombre es público hace cuatro décadas, que le permitieron sostenerse, aún sus altos y bajos, en la mira de los fanáticos del cine que recurre a las tramas de suspenso, a la acción, incluso a las ficciones fantásticas o las biopic, tal como ocurrió cuando le tocó interpretar a Oskar Schinder, al lÍder irlandés Michael Collins o al pionero de la investigación sexual en Estados Unidos, Alfred C. Kinsey.
Se trata de un momento clave para una figura consagrada que después de su formación teatral ingresó al cine donde lleva 40 años de éxitos, con más de 70 largometrajes como actor, una docena de documentales como narrador y otra docena de apariciones breves, más de 20 veces invitado en series o miniseries, tres videojuegos, y una decena de producciones teatrales, que arrancan en 1970, cuando tenía 18 años e inició su carrera en la actuación.
Neeson comenzó a recortarse en algunas películas de renombre, como ocurrió en la primera que lo tuvo entre una multitud de personajes, la espectacular “Excalibur” (1980), una versión de la leyenda de “La espada en la piedra” del Rey Arturo, de John Boorman, donde encarnó a Gawain, mezclado con figuras ya entonces de renombre como Nigel Terry y Helen Mirren. Durante ese rodaje conoció a Mirren con quien habría de compartir su vida durante cuatro años.
Después de pasar por películas como “Krull” (1983) y “La misión” (1985), recién habría de llegar al podio protagónico cuando en la impresionante “Darkman” (1990), que consagró a Sam Raimi, una obra de género de terror que recuerda al clásico “El fantasma de la Ópera” pero muy especialmente a la teleserie argentina “El hombre que volvió de la muerte” (1969, de Narciso Ibáñez Menta): la historia de un científico que tras quedar deformado un atentado incendiario busca vengarse de los responsables usando máscaras con el rostro de otros, hechas con piel similar a la humana que él mismo fabrica.
Su rostro con la particularidad de siempre expresar un estado de preocupación (a pesar de que en la trama aparecía muchas veces cubierto, su estatura (1.93 m.), su voz grave. poderosa, ineludiblemente masculina, marcaron a fuego el personaje y al mismo tiempo le dieron una personalidad que habría de sostener en todo el cine que viene proponiendo desde entonces, una imagen que ya supera las tres décadas camino a las cuatro.
“Bajo sospecha” (1991), primera de tres entregas, lo metió de lleno en el cine de acción y suspenso, seguida por la romántica “Ethan Frome” (1992), en la que compuso al personaje epónimo, presagiaron su participación en otra producción monumental, “La lista de Schindler” (1993), que toma la historia de Oskar Schindler, el empresario metalúrgico alemán que salvó a buena parte de su personal judío durante la Segunda Guerra Mundial y en la que el actor superó sus logros anteriores.
Sin embargo, su versión de Oskar no logró ganar el Oscar de Hollywood al que había sido candidateado. Aquella camada de nominaciones no estuvo de su lado: con él competían Anthony Hopkins por “Lo que resta del día”, Daniel Day Lewis por “En el nombre del padre”, Lawrence Fishburne por su rol en “Tina”, y finalmente el ganador de la contienda Tom Hanks, por “Filadelfia”, acerca de un joven abogado que es despedido de su trabajo después de contraer Sida y revelar su autopercepción.
En aquellos tiempos, Spielberg volvió a pensar en él para encarnar a Abraham Lincoln en la una monumental biopic del prócer estadounIdense, que por las sucesivas postergaciones del proyecto y un hecho trágico en la vida del actor no pudo concretar, papel finalmente confiado a Daniel Day-Lewis, y créase o no, también recrear a Fidel Castro, cuando tras la muerte del líder cubano en 2016, las redes se inundaron de mensajes que insistían acerca de su parecido con el actor británico.
Todavía con la emoción de su papel en “La lista de Schindler” y su frustración por la derrota en la entrega de los Oscar, Neeson emprende un regreso al teatro, protagonizando junto a Natasha Richardson una puesta de “Anna Christie”, reunión que cambia sus vidas. Al actor con fama de haber vivido historia con figuras tan dispares como Cher, Barbra Streisand, Julia Roberts, Brooke Shield y Sinnead O’Connor, le había llegado la hora de rendirse. Y sentó cabeza con Richardson.
Aprovechando la noticia recogida por los medios del corazón, Hollywood se lanzó a la carga con “Nell” (1994), la historia de una “joven salvaje” rescatada por un par de científicos, encarnados por Neeson y la hija que tuvo el director Tony Richardson con la actriz Vanessa Redgrave, con quien contrajo matrimonio. Se mudaron a Nueva York, tuvieron dos hijos, Michael y Daniel Neeson-Richardson.
“Rob Roy” (1995), “Michael Collins” (1996) y su Jean Valjean en “Los miserables” (1998) precedieron a su aparición en “Star Wars Episodio 1: La amenaza fantasma” (1999), en la que encarnó al rebelde maestro Jedi Qui-Gon Jinn y ya como figura habitual del cine de acción en “Blanco perfecto” (2000), lo siguieron poniendo entre las figuras más esperadas por el público mundial.
En línea siguieron “Pandillas de Nueva York” (2000), de la mano de Martin Scorsese, donde encarnó al padre Wallon y la saga de Star Wars, esta vez con “El ataque de los Clones” (2002), la biográfica “Kinsey, el científico del sexo” (2004), acerca del padre de la psexología en Estados Unidos, “Batman comienza” (2005), donde interpreta al reo que en prisión invita al encapotado a sumarse a la Liga de las Sombras, el mismo año en que puso su voz a Aslan en “Las crónicas de Narnia” (2005), aporte que repetiría en su segunda y tercera entrega (2008 y 2010) y el thriller “Chloe” (2008) y la primera de las tres entregas de “Búsqueda implacable”, donde definitivamente se convirtió en galán de acción.
Pero algo trágico ocurre en 2009: mientras Neeson rodaba una película, Richardson lo llama para avisarle que salía rumbo a una estación de esquí canadiense y al día siguiente que ha sufrido un pequeño accidente sin consecuencias. Sin embargo, unas horas más tarde, Natasha comenzó a desvanecerse lo que motivÓ un traslado a un centro médico, donde poco después se diagnosticó su irreversible muerte cerebral. Para Neeson la noticia fue desoladora.
“Fui a su lado y le dije que la amaba”, recordó en un reportaje de la CNN. “Le dije: ‘Cariño, no vas a salir de esta. Te golpeaste la cabeza y no sé si podés oirme. Te llevaremos de regreso a Nueva York , y allÍ todos tus familiares y amigos podrán despedirte”, reflexionó aquel 2014 y contó también que los dos se habían jurado que en una situación como irreversible como esta, el otro no permitiese una supervivencia forzada artificialmente. Y así ocurrió.
Neeson sufrió la peor herida de su vida. Contó que se dedicó a la bebida por un tiempo y que finalmente optó por comenzar a trabajar en toda propuesta que se le ofreciera, una nueva aventura en producciones de suspenso y thrillers, donde la acción, las traiciones, las persecuciones y el uso de armas de fuego eran moneda corriente. El resultado fue exitoso, y su nombre quedó grabado así en las listas de los armadores de castings.
Hubo otros títulos, como “Después de la vida” (2009) que en coincidencia con su viudez tiene que ver con la vida después de la muerte en un accidente, pero también fue Zeus en el peplum moderno “Furia de Titanes” 1 y 2 (2010 y 2011) el marido de Viola Davies en “Viudas” (2018) nuevamente un sicario en “Asesino sin memoria” (2022), todavía en las salas porteñas y al mismo tiempo su nombre aparece en otra media docena de títulos en rodaje o pendientes de estreno, entre ellos uno de Neil Jordan donde encarna nada menos que al detective Philip Marlowe.
Neeson vuelve a encarnar a un “vengador”, un experto sicario que se niega a completar un trabajo para una organización criminal, que lo fuerza a cazar a quienes lo contrataron y a la vez pujar con la pérdida de la memoria, que sin solución de continuidad, puede llegar a convertirse en su peor enemiga, No se trata de una propuesta para recordar por su aporte al género ni mucho menos, pero sí puede decirse que lo más valioso es su presencia.
A pesar de sus momentos gloriosos de justificada repercusión mediática por sus trabajos, Neeson siempre conservó su perfil bajo. La muerte de quien fue no solo esposa sino madre de sus dos hijos, seguramente tiene que ver con su mirada que no deja de esconder cierta nostalgia, pero también su capacidad para poner el cuerpo en papeles duros en thrillers donde no faltan los disparos de armas de fuego, los enigmas y las traiciones que le aportan cierto misterio.