🧐Milei_Bot: El gobierno de la “realidad paralela”
“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo” – Abraham Lincoln
Son tiempos “locos” para la vida de la sociedad Argentina, porque el gobierno de Javier Milei ha modificado los “estándares conocidos para la necesaria corrección política” que deben mostrar los Ejecutivos al momento de sus mandatos para instalar en su lugar, una “particular” y “peculiar” forma de gestionar y comunicar sus actos, alejándose cada vez más de los carriles lógicos del consenso y el acuerdo, justificando esto con una absurda propensión a generar permanentemente escenarios de conflictos para cada una de las negociaciones que han llevado adelante.
Para hablar de hechos que no admiten ningún parangón hay que mencionar lo expresado en las últimas horas por el presidente y por su ministro de Economía, Luis Caputo en entrevistas otorgadas a medios afines donde exponían datos sobre mediciones del supermercado Jumbo que señalaban supuestas bajas en la inflación y que estaban publicadas en la cuenta de la red social X: @Bot_jumbo. Tanto el mandatario nacional como el funcionario de su gabinete quedaron “fuera de juego” cuando se puso en evidencia la falsedad de dicha publicación, la cual formaba parte de un “experimento social” como bien lo aclaró en un tweet fijado, dicha cuenta.
No conforme con el dislate informativo generado por los mencionados integrantes del gobierno – el sentido común parece no ser un fuerte para el oficialismo – el mencionado Caputo volvió a utilizar otro Bot, ahora de la empresa Coto, como respaldo para afirmar que la inflación se está “desacelerando fuertemente”. Lo que resulta inquietante es saber si tanto Milei como su ministro de Economía llevan adelante esta iniciativa de intentar instalar en la sociedad informaciones falsas como parte de una innovadora estrategia comunicativa o simplemente es consecuencia de la torpeza selectiva propia de un “alter ego” que se presenta muchas veces exacerbado, dentro del espacio libertario.
El vínculo del gobierno de Milei con el mundo virtual ha sido muy prolífico, es más, fue una de las fortalezas más destacadas del libertario para llegar a la presidencia. La relación íntima que mantiene desde siempre el presidente con sus obsecuentes seguidores en la red y con su ejército de trolls responde básicamente a esa recurrente necesidad que tiene el mandatario de poder contar con una fiel “hinchada” que lo acompañe “cueste lo que cueste” a cumplir con todos sus deseos e intereses, aunque esta historia de amores correspondidos ha tenido sus “momentos flojos”, como cuando el propio presidente le respondió a una publicación de una cuenta fake del gobernador Kicillof. “Todo es posible en la dimensión desconocida” rezaba el título de una recordada serie de los años 60 y algo de eso evidentemente está pasando con el gobierno del economista.
Los problemas para Milei no solo se le presentan en el terreno intangible de la virtualidad sino también en un escenario que no le es para nada afín como el Congreso, la designación de autoridades para la Comisión de Juicio Político abrió otro frente de conflicto interno en La Libertad Avanza tras la elección de la periodista Marcela Pagano como presidenta de la misma y desató el enojo de Martín Menem, quién mandó a su fiel “escudero”, el legislador santafesino Nicolás Mayoraz a interrumpir la reunión legislativa para la elección de cargos al grito de “esto es ilegal, ustedes no tienen competencia”, lindo “escandalete” se armó en el recinto, nobleza obliga hay que decir que ni “Cornelio Saavedra durante la Semana de Mayo se animó a tanto”.
El temor en ciernes que merodea por el “mundo libertario” es que le ocurra con la diputada Pagano lo mismo que sucedió oportunamente con la senadora Victoria Villarruel al momento del tratamiento del DNU en el Senado. Aumenta exponencialmente esa preocupación por tratarse de una comisión tan sensible y delicada para la vida del gobierno, sobretodo en un contexto donde anda dando vuelta tanta iniciativa queriendo “enjuiciar al presidente por mala praxis”. “Quién se quema con leche, ve una vaca y llora”, reza un adagio popular que a los libertarios por estos tiempos los puso a la defensiva.
El dueño de “Conan” no solo elige los enemigos, sino que también los inventa a domicilio, como ocurrió con el periodismo, al cual amenazó sin titubeos al señalar que “vamos a bajarlos de esa Torre de Marfil en la que creen que viven” mostrando un venal desprecio por una profesión que – con virtudes y defectos – cumple con la noble función de informar a la sociedad, justamente allí en ese punto es donde nace el “odio” del mandatario por los periodistas al considerarlos como responsables de ser los “reveladores” de una realidad que no solo trata permanentemente de ocultar, sino de manipular para la gente.
Milei acentúo su destrató hacia los que ejercen el periodismo al acusarlos también de ser “ensobrados, corruptos y que hacen dinero extorsionando”. El presidente debería – podría tomarse esto como un humilde consejo- dejar de “mirarse su propio ombligo” y explicarle a la sociedad el motivo por el cual le entregó 224 millones de pesos a Luis Majul, Esteban Trebucq y Jonathan Viale. ¿No era que no había más pauta oficial para nadie? La respuesta a este interrogante por lo visto parece indicar que la decisión de no entregarle más dinero a los medios tiene difusos espacios grises y en la letra chica de esa normativa de gobierno algunos periodistas han sido bendecidos por una amistosa exención a la regla. La “doble vara moral” también en el gobierno de Milei parece gozar de muy buena salud.
Pero lo que más le genera debilidad al Ejecutivo nacional es saber que se les encendieron todas las alarmas en un escenario donde habitualmente “jugaba como local”, porque en ese interregno sagrado de las redes sociales empezaron a perder vital presencia. Las campañas llevadas adelante por usuarios de X para bloquear a los trolls libertarios, dio buen resultado y como consecuencia de ello desde fines de marzo comenzó a caer abruptamente la incidencia que tenían los mismos como sutil “paragua de adoctrinamiento social”, un pájaro carpintero que golpeaba permanentemente la cabeza de la gente y que permitía al estado maquillar a su antojo el presente y dirigir los gestos de empatía hacia su lado. Fue un duro golpe bajo para un oficialismo acostumbrado a gobernar mirando por el “espejo retrovisor de su realidad paralela”.
En un escenario de creciente malestar social a consecuencia de los recurrentes aumentos de precios de los alimentos, las prepagas y los servicios que ahorcan al extremo, principalmente los ya raídos bolsillos de la clase media, sumado a que los legisladores, gobernadores y sindicalistas – con sus variopintas formas – muestran también su desencanto con las malas maneras que tiene para gestionar el gobierno de Milei, constituyen en su conjunto un combo demasiado poco auspicioso para el futuro. Señales o estigmas que advierten que se viene gestando en los distintos pliegues de la sociedad una tormenta perfecta y cabe recordarle al gobierno nacional que ya tenemos en Argentina demasiadas crónicas al respecto para saber muy bien cómo termina la historia cuando eso ocurre. Fin.