🗣️🎙️El Presidente del Stand Up
“No cualquiera se vuelve loco, esas cosas hay que merecerlas” – Julio Cortázar
La cena de gala de la Fundación Libertad no solo quedará grabada en la memoria de todos los ilustres asistentes al evento, sino, será recordada por la sociedad en general debido a la particular exposición del presidente Javier Milei, quién ante el destacado auditorio no tuvo mejor idea que llevar adelante un monólogo al mejor estilo stand up, donde exhibió mucho histrionismo y una importante cuota de humor bizarro para “cargar fuertemente” contra las figuras del ex ministro de economía, Carlos Melconian y el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, quienes fueron sus victimas elegidas durante el tiempo que duró su discurso y en el cual obviamente no faltó, “su habitual tinte de arenga campaña”.
“El lujo es vulgaridad”, canta el Indio Solari aunque más bien habría que reconvenir el orden de las palabras de la frase para mejor decir que hubo “vulgaridad entre tanto lujo”, porque los pueriles chistes que compartió el mandatario con la concurrencia no tuvieron demasiado feedback en la mayoría de los asistentes a lo largo de lo que duro su alocución debido al asombro que provocó en el ámbito del lugar y no son pocos los que no dieron crédito de lo que estaban escuchando, y lo más triste de todo, es que esas formas con las cuales interactuaba él libertario con la gente eran totalmente impropias para la investidura presidencial que el mismo ostenta.
Lo curioso, a esta altura no tanto, que el destinatario de una de sus burlas fuera, nada más y nada menos, que el postulante para ministro de Economía de la ex candidata a presidenta, Patricia Bullrich, casualmente quién es su actual ministra de Seguridad. “Acá hay algo mal que no anda bien” hubiera dicho con razón un correntino conocido al ver a Milei balbuceando y murmurando al momento de imitar a Melconian para después decir “qué quieren que les diga si había uno que decía no podés dolarizar si no hay fideos, no hay tuco”, en clara alusión al ex presidente del Banco Nación durante el mandato de Mauricio Macri. El umbral para el ridículo del mandatario nacional parece tenerlo demasiado alto, bien por él.
Luego como si fuera el personaje de Peter Capusotto, Micky Vainilla, Javier Milei redobló la apuesta para elevar el tono bromista de su excéntrica disertación y poner en la mira el siguiente objetivo, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. “Ese chico, el soviético, el que está en la provincia” señaló el líder de la Libertad Avanza mofándose del mandatario provincial con un rictus en su cara que traslucía una mezcla de travesura y alegría, como de quien participa de una simpática “estudiantina secundaria”. El presidente nunca mide el efecto que producen los actos que genera con sus maneras de comunicarse con el resto de la sociedad y quizás allí, en esa inconsciencia asumida quedan muy expuestas sus debilidades y flaquezas.
La multitudinaria marcha universitaria que convergió en la Plaza de Mayo, con más de un millón de personas que se dieron cita para reclamar por más presupuesto para la educación pública, trastocó el humor del presidente y eso lo llevó a descargar un arsenal de ironías, imitaciones y sarcasmo la noche de la cena. “Milei es un chico grande, caprichoso y malcriado”, advirtió a este medio un reconocido dirigente político santafesino al ser consultado sobre la actitud del presidente en el convite del miércoles en el marco de la cena anual de la Fundación y para confirmar la validez de esa sentencia solo hay que recordar la foto del león sosteniendo una taza con la leyenda “lágrimas de zurdos”, con la cual el mandatario ilustró sus redes sociales la tarde misma de la movilización masiva. “Un médico a la derecha”, hubiera pedido con preocupación el entrañable Raúl Ricardo al ver el desarrollo de los hechos.
Milei se sentía más que cómodo en el improvisado escenario donde estaba su atril y le facilitaba todo tener un auditorio que se mostraba por demás de complaciente, aunque nobleza obliga decirlo su actuación dejó por momentos mucho que desear, hasta se podría afirmar que no aprendió casi nada de las clases de imitación que suele siempre regalarnos en cada actuación, su ex mujer, Fátima Florez. El presidente con el correr de su arenga se fue envalentonando y por esa razón no faltó “un clásico de su breve gestión”: atacar al Congreso y así les pidió con sorna a los legisladores que “tiren la Ley Bases, que vamos a lograr todo esto a pesar de la política” y ahondó su enojo con la casta al “decir que los políticos son monos con navaja es insultar a los monos”, y para hablar de la peligrosidad del manejo de la navaja por parte de los monos, el presidente da toda la sensación de tener suficiente autoridad por haber cursado todos los postgrado en la materia.
Menem en los noventa, justamente “un modelo a seguir para el presidente”, transitó un camino a contramano de los estándares que debería respetar cualquier político que se precie como tal y en esa misma sintonía, Javier Milei a pesar de compartir el encuentro con su par de Uruguay, Luis Lacalle Pou y con otros ex mandatarios como Mauricio Macri y José María Aznar de España, no tuvo ningún prurito y recato al momento de decir que la economía “va a subir como pedo de buzo”. Lo que resulta incomprensible es que un presidente tenga tan baja “la vara de lo gracioso”, lo que lo deja siempre tan cerca de convertir lo suyo, en algo grotesco. Según Marcelo Bielsa “ningún éxito te inmuniza” y en este caso tener el poder, tampoco.
La participación discursiva de Javier Milei en el encuentro organizado por la Fundación Libertad dejó como saldo, más sombras que luces y sobretodo, mucha preocupación en gran parte de la sociedad y la clase política por la actitud que le cupo el mandatario durante el tiempo que duró su mitin, ya que muchas veces sus palabras estuvieron haciendo un fino equilibrio en la frontera del necesario decoro. En pleno tratamiento en comisiones de la nueva Ley Bases vuelve a estar sobre la mesa de negociaciones la decisión de otorgarle o no la delegación de facultades extraordinarias por el temor que generan las conductas y el permanente estado de beligerancia que deja al descubierto el presidente. En un país signado por una feroz recesión económica, donde los argentinos reclaman por una rápida mejoría en su calidad de vida, Javier Milei está muy urgido a mostrar gestos positivos en su gestión, porque ya no le alcanza, con solo exhibir algunas dudosas virtudes para el Stand Up.